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EN LOS LIMITES DE LA REALIDAD

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domingo, 8 de septiembre de 2013

LAS PERVERSAS CRIATURAS DE SERGIO LAIGNELET

LAS PERVERSAS CRIATURAS DE SERGIO LAIGNELET
(Jorge Ariel Madrazo, Buenos Aires, enero de 2010)

“Caperucita / con falda corta / en los ojos del lobo…” Caramba, ¿qué versión es ésta del celebérrimo cuento de Perrault, luego popularizado por los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm? Ya al moralizante Perrault se le había ido la mano: el lobo devoraba a la niña, por el solo hecho de que ésta “desafió la prohibición de hablar con desconocidos”. Pero esta nueva vuelta de tuerca de Sergio Laignelet, ¿no es en su regodeo erótico mucho más audaz aún?
Y a qué mentir: casi me sonrojo ante ese Gato con Botas pasado también por el tamiz laigneletano, que enarbolando su látigo ejerce el sadomasoquismo con el pobre Marqués de Carabás, postrado a sus plantas. Por no hablar de lo ocurrido a los Tres Cerditos a manos del Lobo, en cierto motel de cuyo nombre ni quiero acordarme…
Estos textos insolentemente deliciosos de Laignelet me evocaron por su talentoso desparpajo los cantitos no menos perversos de Edward Gorey, quien en su Alfabeto macabro −pero no sólo allí− pergeñó fabulitas y dibujos maravillosos que se engolosinaban con los destinos trágicos de veintiséis criaturas, cuyos nombres comenzaban con cada una de las letras del alfabeto inglés.
Todos aquellos que disfruten con estos toques de espléndido sadismo recordarán asimismo los cuentos de Saki (Héctor Hugh Munro), empeñados en hilvanar situaciones cuyo absurdo lindaba con la paradoja y el horror más refinados.
Y bien: tan refrescante maná de un placer sibarítico-literario, que como se dijo había arañado ya un clímax nada apto para niños en algunos de los cuentos de los hermanos Grimm, volvió a perfumar mis sentidos cuando abordé la lectura, deparadora de un goce ligeramente “maldito”, de estos poemas brotados de la pluma, y del alma irreverente, de Sergio Laignelet. Que son hasta cierto punto un ejercicio de inquietante nonsense, pero sobre todo una muy creativa demostración de maestría para “traicionar” y al mismo tiempo, rendir conmovedor homenaje, a las consejas y cuentos tan inocentes como escandalosos que jalonaron nuestra niñez.
Adelante, pues, los audaces, y a no asustarse ni con ese Barba Azul que duerme impertérrito junto a quien fue su esposa, ni con la Sirenita degollada y descamada, nada menos, por el inescrupuloso Capitán. El placer y el goce aguardan a quienes osen recorrer estas páginas. Al principio y al final de ellas aguarda un poeta que aun en textos tan breves y concentrados logra −como ocurre con los buenos licores−arribar a la quinta esencia de la palabra justa y de ese toque de magia sin el cual ni la vida, ni la literatura, merecerían existir.







POEMAS DE SERGIO LAIGNELET

EL GATO CON BOTAS

El gato se deja de cuentos
y empuña el látigo

suenan cintarazos

acto seguido
el Marqués de Carabás
sin chistar
relame el cuero de sus botas


CENICIENTA

Cenicienta baila
con el príncipe heredero

el príncipe le susurra al oído
y le echa un cuento

a continuación
una por una
caen del techo
las prendas que viste Cenicienta

finalmente cae un zapato


CAPERUCITA ROJA

Caperucita
con falda corta
en los ojos del lobo

el lobo
con destreza
maniobra su ganzúa
mientras
ruedan manzanas desde la canasta

días después
vuelven al bosque para mantener el cuento


LOS TRES CERDITOS

Los tres cerditos
caminan rumbo a sus casas
vestidos con pantalón corto

luego
atados sobre la cama de un motel
con los pantaloncitos rodeándoles los tobillos
echan a llorar

mientras tanto
exhausto y sin aire duerme el lobo


HANSEL Y GRETEL

Solos
en el bosque
hallan la casa de chocolate

Gretel se embadurna toda
Hansel
no le quita la mirada de encima

y en silencio
se muerde la lengua



LA SIRENITA

Enfiestado
el capitán acaricia a Sirenita
pero su cuerpo lo desconcierta

de modo que
la levanta por la cola
y le corta la cabeza

y
con el mismo cuchillo
la desescama bajo el sol



BLANCANIEVES

Blancanieves y los siete enanitos
van camino del hospital

en maternidad
la princesa alumbra

en tanto
burlado el príncipe
envenena gaseosas de manzana


EL PATITO FEO

El pequeño pato inclina la cabeza
sobre la superficie del lago
y se contempla

un eco de risotadas apresa su mente

palidece
temblequea

cuenta hasta tres
y se zambulle hasta el fondo
con una piedra atada a su cuerpo



LA BELLA DURMIENTE

En el bosque
cubierta de hojas
yace la Bella Durmiente

el héroe le da un beso
lo repite
y lo apura con la punta de la lengua

al tiempo que
para la jovenzuela
empieza otro sueño















EL FLAUTISTA DE HAMELÍN

Engatusado
sin conseguir recompensa
el flautista abandona Hamelín

lejos
con el estómago en los pies
mira de reojo por si alguien lo espía

entonces
toma una rata por la cola
le vacía cuidadosamente las entrañas
e ipso facto
se sacia con ella


BARBA AZUL

Barba Azul se acuesta junto a su esposa

le besa el cuello
el mentón
la boca

rodea con sus brazos el cadáver
y reanuda la fiesta nocturna



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