EL GRAN LIBRO
DE
LOS CHAKRAS
Conocimiento y
técnicas para
despertar la
energía interior
SHALIIA SHAR&DOM
Y
BODO J. BAGINSKI
Prefacio
PRÁCTICAMENTE a todos nos asaltan
alguna vez en la vida estas preguntas: «¿Quién soy?» «¿Cuáles son las fuerzas
que actúan en mí?» «¿Qué capacidades hay ocultas en mi?» «¿Cómo puedo explotar
al máximo todo mi potencial de felicidad y creatividad?»
Pensamos que ningún otro ámbito del
saber puede contestar estas preguntas de forma tan amplia como el conocimiento
de los centros energéticos del hombre. Cuando comprendemos la misión y los
modos de funcionamiento de los chakras en todo su alcance, se esboza ante
nosotros una imagen del hombre tan fascinante y sublime en su perfección
potencial que volvemos a quedarnos asombrados ante el milagro de la creación.
El presente libro pretende ser una
ayuda para conocer y descubrir las posibilidades innatas en el hombre.
Para trabajar eficazmente con los
chakras no necesitas ser clarividente ni tener clarividencia táctil. Sin
embargo, notarás que, al trabajar con ellos, aumenta considerablemente tu
sensitividad para los planos no materiales. También se te abrirán intuiciones
sobre relaciones que aúnan de forma inteligible muchas fracciones del
conocimiento y la experiencia para conformar un todo armónico.
La activación y armonización de los
chakras es realmente tan sencilla que, a veces, hemos pensado que en el pasado
su conocimiento sólo ha tenido una envoltura tan complicada para que los
hombres no menospreciaran su valor interior y para que los iniciados pudieran
custodiarlo de generación en generación. Tal vez sea también resultado de un
paso evolutivo reciente el hecho de que actualmente este gran tesoro del saber
sea comprensible y accesible a muchas personas.
De modo que en este libro, junto a
la exposición de la forma de manifestarse y al funcionamiento de cada chakra,
encontrarás un gran número de ejercicios fáciles de realizar para armonizar tus
centros energéticos. Las técnicas están seleccionadas de forma que produzcan
una suave activación y una liberación de los bloqueos de los chakras. No tiene
demasiada importancia cuál de los métodos ofrecidos elijas; lo único importante
es que empieces, puesto que se trata de TU realización en ESTA vida, aquí y
ahora.
Te deseamos que con la lectura del
presente libro, y al poner en práctica las terapias descritas, puedas
experimentar tanto amor y aprecio por las leyes de la vida como nosotros hemos
podido experimentar al escribir este texto y que experimentamos cada vez que
aumenta nuestro conocimiento sobre estas relaciones.
SHALILA y BODO J.
El
sistema energético y los cuerpos
no
materiales del hombre
LA
mayoría de las personas consideran el mundo de la materia y, por tanto, también
el cuerpo físico como la única realidad, pues es el único que pueden percibir a
través de los sentidos físicos y captar con el raciocinio. Sin embargo, al ojo
clarividente que mira a una persona se le abre un sinfín de estructuras
energéticas, movimientos energéticos, formas y colores, que se hacen visibles
dentro y alrededor del cuerpo físico.
Si tú te encuentras entre esas
personas que sólo pueden aceptar como realidad el cuerpo material, piensa en
todo lo que sucede con la energía, con la fuerza vital que da vida a un cuerpo
físico y que le proporciona sensaciones y capacidad de expresión, cuando ese
cuerpo muere. Una ley física afirma que, en el universo, la energía no se
destruye, sino que únicamente puede transformarse en otras formas de energía.
La energía que actúa detrás de la manifestación material del cuerpo y sus
funciones y capacidades está compuesta por un sistema energético complejo sin
el cual no podría existir el cuerpo físico. Este sistema energético está
formado por tres componentes fundamentales:
1 ) Los cuerpos no materiales o
cuerpos energéticos.
2) Los chakras o centros
energéticos.
3) Los nadis o canales energéticos.
En este sistema los nadis
constituyen una especie de arterias intangibles. La palabra «nadi» procede del
sánscrito y significa aproximadamente «tubo», «vaso» o «arteria». Su función
consiste en conducir el «prana» o energía vital a través del sistema energético
no material.
La palabra sánscrita «prana» puede
traducirse por «energía absoluta». En el ámbito cultural chino y japonés esta
fuerza vital universal se denomina «chi» o «ki». Representa la fuente original
de todas las formas energéticas y se manifiesta en diferentes áreas
existenciales mediante frecuencias distintas. Una de sus manifestaciones es la
respiración, una de las formas por las que podemos absorber «prana» dentro de
nosotros.
El plano de la consciencia de toda
forma viva depende de las frecuencias del «prana» que puede absorber y
almacenar. Así, por ejemplo, en los animales encontramos gamas de frecuencia
más bajas que en el hombre, y en los hombres desarrollados hallamos frecuencias
superiores a las que encontramos en personas que se encuentran al principio de
su desarrollo.
A través de los chakras, los nadis
de un cuerpo energético están unidos con los nadis del cuerpo energético
vecino. Algunos textos indios y tibetanos antiguos mencionan el número de
72.000 nadis; otros escritos históricos hablan de 350.000 nadis. Los canales
energéticos más importantes son: «sushumna», «ida» y «pingala», sobre los que
profundizaremos en el capítulo siguiente. Los chinos y japoneses conocen un
sistema similar de canales energéticos que denominan meridianos (del
conocimiento de estos meridianos se desarrolló la acupuntura).
En el sistema energético del hombre
los chakras sirven de estaciones receptoras, transformadoras y distribuidoras
de las diferentes frecuencias del «prana». Absorben, directamente o a través de
los nadis, las energías vitales de los cuerpos energéticos no materiales del
hombre, de su entorno, del cosmos y de las fuentes que son el fundamento de
cualquier manifestación, la transforman en las frecuencias que necesitan las
diferentes áreas del cuerpo físico o de los cuerpos inmateriales para su
conservación y desarrollo, y la retransmiten a través de los canales
energéticos. Además, irradian energías al entorno. Mediante este sistema
energético, el hombre efectúa un intercambio con las fuerzas que actúan en los
diferentes planos del ser en su entorno, en el universo y en la base de la
creación.
Dado que los chakras mantienen una
interrelación muy estrecha con los cuerpos energéticos, en este capítulo nos
gustaría describir primeramente la apariencia externa y las funciones de estos
cuerpos. En el capítulo siguiente se incluye una descripción general de los
chakras, y en los siete capítulos dedicados a cada uno de los chakras se
encuentra una exposición detallada de las funciones de cada uno de estos
centros energéticos.
En general, se distinguen cuatro cuerpos
energéticos:
1 ) El cuerpo etérico.
2) El cuerpo emocional o astral.
3) El cuerpo mental.
4) El cuerpo espiritual o causal.
Esta ilustración muestra una representación histórica de una tablilla de chakras y nadis procedente del Tíbet. Junto a los siete chakras principales podemos reconocer un gran número de chakras secundarios, así como una red prácticamente inabarcable de finos canales energéticos, los nadis. Algunos textos que nos han sido transmitidos por la tradición mencionan 350.000 nadis, a través de los cuales fluyen las energías cósmicas. Éstos se aúnen en 14 nadis principales, que a su vez se corresponden con los chakras.
Cada uno de estos cuerpos no
materiales posee su propia frecuencia de vibración fundamental. El cuerpo etérico,
que es el más cercano al cuerpo físico, vibra con la frecuencia más baja. Los
cuerpos astral y mental poseen a su vez frecuencias mayores, y en el cuerpo
causal podemos encontrar representados los índices de vibración máximos.
Cada uno de estos cuerpos se asemeja
a un baile de energías dentro de su propia gama de vibraciones, en el cual las
frecuencias aumentan constantemente a lo largo del desarrollo y
perfeccionamiento de una persona. Los cuerpos energéticos representan
portadores de conciencia en determinados planos de vibración, y cuando su
índice de vibración aumenta transmiten al hombre energías vitales, sensaciones
y conocimientos superiores dentro de su ámbito de funciones específico.
Sin embargo, los diferentes cuerpos
energéticos no están totalmente separados entre sí. Se interpenetran mutuamente
mientras cada uno vibra dentro de su propia gama de frecuencias, de forma que
incluso un clarividente sólo podrá distinguirlos ajustando su capacidad de
clarividencia a la esfera correspondiente. Por ejemplo, para poder observar el
cuerpo astral tendrá que dirigir su mirada clarividente a la esfera astral; si
desea percibir el cuerpo mental, debe ajustarse a la esfera mental, etcétera.
El
cuerpo etérico
El cuerpo etérico posee
aproximadamente la misma extensión y forma que el cuerpo físico. Por ello
también se encuentra la denominación de «doble etérico» o «cuerpo físico
interior». Es el portador de las fuerzas modeladoras para el cuerpo físico, así
como de la energía vital creadora y de todas las sensaciones físicas.
El cuerpo etérico se forma de nuevo
en cada reencarnación del hombre, y vuelve a disolverse en el plazo de tres a
cinco días después de su muerte física (el cuerpo astral, el cuerpo mental y el
cuerpo causal continúan existiendo después de la muerte, y en cada nueva
encarnación se unen otra vez al recién formado).
El cuerpo etérico atrae energías
vitales del sol a través del chakra del plexo solar, y energías vitales de la
tierra a través del chakra basal. Acumula estas energías y, a través de los
chakras y los nadis, las conduce al cuerpo físico en flujos vitales
ininterrumpidos. Las dos formas de energía se encargan de mantener un
equilibrio vivo en las células corporales. Cuando el «hambre de energía» del
organismo está saciado, la energía sobrante del cuerpo etérico se irradia hacia
fuera a través de los chakras y de los poros. Sale a través de los poros en
filamentos de energía rectos de aproximadamente 5 centímetros de longitud y
constituye el aura etérica, que, por lo general, es la primera fracción del
aura total percibida por las personas clarividentes. Estos rayos se disponen en
torno al cuerpo físico formando como un manto protector. Impiden a los gérmenes
patógenos y a los contaminantes penetrar en el cuerpo, y simultáneamente
irradian un flujo constante de energía vital hacia el entorno.
Esta protección natural significa
que, básicamente, una persona no puede enfermar debido a causas de origen
externo. Las razones de una enfermedad radican siempre en ella misma. Los
pensamientos y emociones negativos, y una forma de vida que no esté en
consonancia con las necesidades naturales de cuerpo (sobreesfuerzo,
alimentación insana, abuso de alcohol, nicotina y drogas), pueden consumir la
energía vital etérica, por lo que la irradiación energética natural perderá
intensidad y vigor. De esta forma surgen zonas débiles en el aura. Los
filamentos energéticos mencionados
aparecen doblados o se
sobrecruzan en formas desordenadas. El clarividente puede reconocer «agujeros»
o «grietas» en el aura, a través de los cuales pueden penetrar en el cuerpo las
vibraciones negativas y las bacterias causantes de enfermedades. Además, la
energía vital puede «escapar» de la zona no material a través de estas heridas.
Debido a esta estrecha relación existente
entre el estado de cuerpo físico y la radiación energética del cuerpo etérico,
a menudo se habla también de un aura de la salud. Antes de manifestarse en el
cuerpo físico, las enfermedades se manifiestan en el aura etérica. Y pueden ser
detectadas y tratadas en este plano. La denominada fotografía Kirlian consiguió
hacer visible por primera vez esta radiación energética, propia de cada ser
vivo*. Basándose en este invento, se
han hecho diagnósticos muy precisos y se han detectado enfermedades incluso
cuando aún se encontraban en fase latente.
El cuerpo etérico, y con él el
cuerpo físico, reaccionan de forma particularmente intensa a los impulsos
mentales que proceden del cuerpo mental. Aquí estriba la razón de los éxitos
que el pensamiento positivo tiene sobre la salud. Nosotros podemos favorecer la
salud de nuestro cuerpo utilizando prudentemente las sugestiones positivas.
Otra función importante del cuerpo
etérico consiste en servir de intermediario entre los cuerpos energéticos
superiores y el cuerpo físico. Transmite al cuerpo emocional y al cuerpo mental
las informaciones que recogemos a través de los sentidos corporales, y
simultáneamente transmite energías e informaciones desde los cuerpos superiores
al cuerpo físico. Cuando el cuerpo etérico se encuentra debilitado, este flujo
de información y energía
se halla obstaculizado, y
el hombre puede parecer
indiferente tanto en el plano emocional como en el mental.
Para armonizar y recargar el cuerpo
etérico son idóneas las diversas formas de terapia que se describen más
adelante en este libro.
A este respecto es interesante
señalar que las plantas, en particular las flores y los árboles, también poseen
una radiación energética muy semejante al aura etérica del hombre. Puedes
utilizar esta radiación para proporcionar nueva energía a tu propia aura.
También se encuentra en los aceites esenciales, cuya aplicación exponemos en el
capitulo correspondiente del presente libro. Pero también puedes ponerte en
contacto directo
_________
*
Se trata de un método especial de fotografía de alta frecuencia
desarrollado por el matrimonio de investigadores rusos Semion D. y Valentina K.
Kirlian, de los cuales recibe su nombre
con
la energía de las plantas. Para ello, apoya tu espalda contra un árbol que te
resulte simpático o abrázalo, descargando todo tu cuerpo contra él. Deja que la
fuerza armonizadora y energética del árbol se transmita a tu interior. También
puedes tumbarte en una pradera florida y repleta de aromas y dejar que las
vibraciones de las delicadas flores te envuelvan y penetren. También las flores
cortadas o las flores colocadas en un florero que tengas cerca de ti pueden
transmitirte algo de su energía activadora y armonizadora. Las plantas
reaccionan a tu amor y a tu agradecimiento por este servicio aumentando aún mas
su fuerza de irradiación, pues entre sus
misiones figura la de ayudar de esta forma al hombre.
El
cuerpo emocional
El cuerpo emocional, con frecuencia
denominado también cuerpo astral, es el portador de nuestros sentimientos, de
nuestras emociones y de las cualidades de nuestro carácter; ocupa
aproximadamente el mismo espacio que el cuerpo físico. En una persona poco
desarrollada, sus contornos están poco delimitados: el cuerpo emocional se
presenta como una sustancia nebulosa que se mueve caótica y desordenadamente en
todas las direcciones. Cuanto más desarrollada esté una persona en la
definición de sus sentimientos, sus simpatías y las cualidades de su carácter,
tanto más claro y transparente se manifestará su cuerpo emocional. El
clarividente puede observar un contorno nítidamente marcado que se adapta
perfectamente a la forma del cuerpo físico.
El aura del cuerpo emocional
presenta una forma ovalada y puede extenderse a varios metros de distancia en
torno a la persona. Toda emoción se irradiará en su aura correspondiente a
través del cuerpo emocional. Este proceso se produce fundamentalmente a través
de los chakras, y en menor medida a través de los poros. El aura emocional está
inevitablemente en movimiento. Junto a las peculiaridades del carácter
fundamentales y relativamente constantes que se reflejan como los colores
esenciales permanentes del aura, cada sentimiento instantáneo, cada estimulo
del ámbito de las emociones, se reflejará en el aura. Es un juego indescriptible
de colores irisados que cambian constantemente con toda clase de matices. Por
ejemplo, emociones como la angustia, la furia, la opresión y las preocupaciones
generan en el aura figuras nebulosas oscuras. Cuanto más abre una persona su
conciencia al amor, la entrega y la alegría, más claros y transparentes son los
colores que irradia su aura emocional.
Ninguno de los otros cuerpos no
materiales marca con tanta fuerza como el cuerpo emocional la visión del mundo
y de la realidad del hombre medio. En el cuerpo emocional se hallan
almacenadas, entre otras, todas nuestras emociones no liberadas, las angustias
y agresiones conscientes e inconscientes, las sensaciones de soledad, rechazo y
falta de autoconfianza, etc.: emiten sus vibraciones a través del aura
emocional y transmiten el mensaje inconsciente que enviamos al mundo exterior.
Y aquí es donde se realiza el principio de la atracción mutua. Las frecuencias
energéticas que emitimos atraen vibraciones energéticas iguales del entorno y
se unen con ellas. Esto significa que, con frecuencia, nos encontraremos con
personas y circunstancias que precisamente reflejan aquello que nosotros
queremos evitar o de lo que queremos librarnos conscientemente, o aquello que
tememos. De esta forma, el entorno nos sirve como espejo para todos aquellos
elementos que hemos relegado desde nuestra vida consciente a las áreas del
inconsciente. Efectivamente, los sentimientos no liberados del cuerpo emocional
aspiran a mantenerse con vida y a crecer dentro de lo posible. Así nos llevan
una y otra vez a situaciones que se encargan de repetir las vibraciones
emocionales originales, puesto que esas vibraciones son como su alimento.
La frecuencia de la angustia en una
persona atrae situaciones en las que ve confirmada una y otra vez su angustia.
Si esa persona encierra en si agresiones, siempre encontrará personas que
exteriorizan las vibraciones de furia y agresión. Por ejemplo, si nos hemos
propuesto no decir palabrotas en determinadas situaciones, pero sin haber
liberado la agresión dentro de nosotros, puede suceder que alguien de nuestro
alrededor comience inesperadamente a decir palabrotas.
El pensamiento consciente y los
objetivos mentales del cuerpo mental tienen poca influencia sobre el cuerpo
emocional, que sigue sus propias leyes. El cuerpo mental puede dirigir el
comportamiento hacia el exterior, pero no suprimir las estructuras emocionales
inconscientes.
Así, por ejemplo, una persona puede
aspirar conscientemente al amor o el éxito, e inconscientemente irradiar
frecuencias energéticas contradictorias de celos y falta de autoconfianza, que
le impedirán alcanzar su objetivo consciente.
Las estructuras emocionales
continúan existiendo a través de las diferentes encarnaciones siempre que no se
liberen, puesto que el cuerpo emocional perdura después de la muerte física y
se une en la reencarnación con el nuevo cuerpo físico. Las experiencias no liberadas almacenadas en el cuerpo emocional determinan
en gran medida las circunstancias de la nueva vida.
Cuando hayamos comprendido realmente
y de una vez por todas estas relaciones, debemos cesar obligatoriamente de
vernos en el «papel de víctimas» y de atribuir la culpa de nuestras debilidades
y miserias a otras personas o a las circunstancias. Eso significa en si mismo
una gran liberación, puesto que entonces ya sabemos que tenemos gran parte de
nuestro destino en nuestras propias manos, y podemos empezar a cambiar nuestra
vida cambiándonos a nosotros mismos.
La mayor proporción de «nudos
emocionales» del cuerpo emocional se encuentra localizada en la zona del chakra
del plexo solar. Este chakra nos proporciona el acceso más directo a nuestras
estructuras emocionales a través de la vivencia inmediata. Sin embargo, si
queremos percibir y conocer estas estructuras mediante el entendimiento
consciente, debemos traspasar los contenidos del chakra del plexo solar con la
forma de manifestación suprema del cuerpo mental, la visión intuitiva, a la que
tenemos acceso a través del chakra frontal. Pero ni siquiera esto significa una
liberación real. Una disolución de las estructuras emocionales sólo puede
producirse a través del cuerpo espiritual, que manifiesta la sabiduría, el amor
y la bendición de nuestro yo superior, permitiendo al mismo tiempo conocer las
relaciones interiores partiendo de la visión universal y holística de dicho yo.
Este vínculo podemos establecerlo a través del chakra del corazón y del chakra
coronal.
El
yo superior no enjuicia, no divide las experiencias en «buenas» y «malas». Nos
indica que tenemos que recorrer determinadas experiencias sólo para comprender
qué sentimientos y acciones tienen como consecuencia una separación de la mente
divina original, causando con ello sufrimiento, y para comprender y aprender a
entender las leyes cósmicas del equilibrio natural. En los ámbitos de la vida
en los que hoy nos consideramos «víctimas», en anteriores encarnaciones
nosotros fuimos con gran frecuencia los «autores».
También en la terapia de los chakras
tiene una importancia decisiva una actitud interior en la que afirmamos todas
las experiencias y contenidos del cuerpo emocional y en la que contemplamos las
imágenes y sensaciones que aparecen espontáneamente, sin rechazar o enjuiciar
nada de ello, puesto que de esta forma nuestro yo superior puede asumir él
«mando» e imbuir en todo nuestro ser las energías espirituales de nuestro
cuerpo energético supremo.
Cuando las vibraciones de nuestro
cuerpo espiritual se unen con el cuerpo emocional y lo penetran, éste comienza
a vibrar más rápidamente y empieza a expulsar las energías negativas
almacenadas, que tienen frecuencias menores. Con ello perdemos el recuerdo
emocional de estas experiencias y podemos perdonarnos a nosotros mismos y a los
demás.
A medida que aumenta la disolución
de las estructuras emocionales estancadas, el cuerpo emocional comienza a
irradiar profundos sentimientos de amor y de alegría incondicional. El aura
emocional luce con los colores más claros, intensos y transparentes, y los
mensajes que emite al entorno atraen la felicidad y el amor. Una capacidad rayana
en lo milagroso para atraer todo lo deseado es la consecuencia natural de un
cuerpo emocional plenamente integrado que vibra con las frecuencias máximas que
le son posibles.
El
cuerpo mental
Nuestros pensamientos e ideas, y
nuestros conocimientos racionales e intuitivos, son portados por el cuerpo
mental. Su vibración es mayor que la del cuerpo etérico y la del cuerpo
emocional, y su estructura es menos compacta. Es de forma ovalada, y en el
desarrollo superior del hombre su volumen puede extenderse hasta ocupar
aproximadamente el mismo espacio que el cuerpo emocional y el aura emocional
juntos. La irradiación áurica del cuerpo mental tiene un alcance de unos
cuantos metros más.
En una persona poco desarrollada
mentalmente, el cuerpo mental tiene la apariencia de una sustancia blanca
lechosa. Los pocos colores existentes son apagados y sin brillo, y su
estructura aparece relativamente opaca. Cuanto más vivos son los pensamientos y
cuanto más profundos son los conocimientos intelectuales de una persona, tanto
más claros e intenso son los colores que irradia su vehículo mental.
Al igual que el cuerpo emocional, el
cuerpo mental también posee una octava mayor y una octava menor. Sus
frecuencias menores se manifiestan en el pensamiento lineal del entendimiento
racional, a través del cual buscan su acceso a la verdad la mayoría de las
personas. Este tipo de actividad racional se basa en las percepciones del plano
físico. Junto a esto, el cuerpo físico y sus sentidos recogen informaciones que
transmiten al cuerpo emocional a través del cuerpo etérico; el cuerpo emocional
transforma las informaciones en sentimientos y los retransmite después al
cuerpo mental, que, a su vez, reacciona ante ellos con la formación de
pensamientos verbales.
Con frecuencia, debido a la
influencia del cuerpo emocional y de sus estructuras emocionales no liberadas,
las informaciones se distorsionan y el pensamiento se tiñe. Surgen esquemas
mentales recurrentes a través de los cuales enjuiciamos los acontecimientos de
nuestro mundo. Esto significa que el entendimiento racional no es ni mucho
menos imparcial y objetivo, aun cuando se arrogue esa cualidad.
Los pensamientos que surgen en el
cuerpo mental por esta vía generalmente giran en torno al bienestar personal y
a los intereses del devenir terrenal y mundano. En este caso la solución
racional de los problemas se convierte en la función principal del cuerpo
mental. Sin embargo, esto significa una distorsión de su carácter original y
una limitación de sus capacidades.
El aura del hombre desde dentro hacia fuera: 1) El aura
etérica. 2) El aura emocional. 3) El aura mental. 4) El aura espiritual.
La auténtica función del cuerpo
mental consiste en recoger las verdades universales que le llegan del plano del
cuerpo espiritual e integrarlas con el entendimiento racional, que las
transfiere a las situaciones concretas y lleva a una solución del problema en
consonancia con las leyes universales.
Los conocimientos que de esta forma
nos llegan del plano espiritual de nuestro ser se manifiestan como intuición en
forma de intuiciones repentinas, a menudo en imágenes o incluso en sonidos que
después se transforman en pensamientos verbales. Nos permiten mirar al interior
de la auténtica naturaleza de las cosas y tienen una estructura holográfica, al
contrario que el entendimiento lineal que parte de la concepción racional.
El acceso a la octava superior del
cuerpo mental lo encontramos en una unión del chakra frontal con el chakra
coronal. Si el cuerpo mental está plenamente desarrollado, se convierte en el
espejo del cuerpo espiritual, y el hombre realiza en su vida la sabiduría y el
conocimiento integral del yo superior.
El
cuerpo espiritual
El cuerpo espiritual, a menudo
denominado también cuerpo causal, es el que mayor frecuencia de vibración posee
de todos los cuerpos energéticos. En personas que aún son demasiado
inconscientes en el plano espiritual se extiende conjuntamente con su aura sólo
un metro aproximadamente alrededor del cuerpo físico. Por contra, el cuerpo y
el aura espirituales de personas totalmente despiertas pueden irradiar hasta
varios kilómetros de distancia, con lo cual la forma ovalada original se
transforma en un circulo regular.
Si has tenido alguna vez la
oportunidad de estar en presencia de un maestro iluminado, tal vez habrás
observado que la atmósfera cambiaba repentinamente cuando te alejabas algunos
kilómetros de él. La experiencia de la luz, de la plenitud y del amor que puede
llenarte en la cercanía de un maestro pierde su intensidad tan pronto como
sales del área de su aura.
El cuerpo espiritual y su aura
irradian en los colores más suaves, que al mismo tiempo poseen una fuerza de
iluminación indescriptiblemente profunda. Del plano espiritual del ser fluye
incansablemente la máxima y más radiante energía hacia el cuerpo espiritual. A
medida que esta energía va transformándose en frecuencias menores, inunda
también el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el cuerpo etérico. Aumenta las
vibraciones de estos cuerpos, de forma que en su ámbito de acción correspondiente
pueden encontrar su máxima forma de expresión. Hasta qué punto podamos percibir
conscientemente, absorber y aprovechar esta energía depende del desarrollo de
los chakras.
A través del cuerpo espiritual
experimentamos la unidad interior con toda la vida. Nos une con el ser puro y
divino, con la razón original omnipresente de la que han surgido y continúan
surgiendo todas las manifestaciones en la creación. Desde este plano tenemos un
acceso interior a todo cuanto existe en la creación.
El cuerpo espiritual es esa parte
divina que hay en nosotros que es inmortal y que perdura a toda la evolución,
mientras los demás cuerpos no materiales se disuelven paulatinamente a medida
que el hombre va desarrollándose a través de los niveles de conciencia que exige
una existencia en el plano terrenal, en el plano astral y en el plano mental.
Sólo a través del cuerpo espiritual
es posible conocer la fuente y el destino de nuestra existencia y comprender el
auténtico sentido de nuestra vida. Cuando nos abrimos a sus vibraciones nuestra
vida cobra una calidad completamente nueva. En todas nuestras acciones somos
llevados por nuestro yo superior, y nuestra vida manifiesta la sabiduría, la
fuerza, la bendición y el amor universal, que representan las cualidades
naturales del aspecto supremo de nuestro yo.
La
misión y el funcionamiento
de
los chakras
EN este capítulo quisiéramos
transmitirte las informaciones fundamentales más importantes sobre el
funcionamiento de los chakras. La comprensión teórica de estas relaciones
constituye el fundamento en el que se basa el conocimiento práctico sobre cada
uno de los chakras individuales descritos en este libro.
Los escritos que nos ha legado la
tradición mencionan un número elevado de chakras: 88.000. Esto significa que en
el cuerpo humano apenas existe ningún punto que no sea un órgano sensible para
la recepción, transformación y retransmisión de energías. Sin embargo, la
mayoría de estos chakras son muy pequeños y desempeñan un papel subordinado en
el sistema energético. Existen aproximadamente 40 chakras secundarios a los que
se asigna una mayor importancia. Los más importantes de ellos se encuentran en
la zona del bazo, en la nuca, en las palmas de las manos y en las plantas de
los pies. Los siete chakras principales, situados a lo largo de un eje vertical
junto a la mitad anterior del cuerpo, son tan decisivos para el funcionamiento
de las zonas más fundamentales y esenciales del cuerpo, del espíritu y del alma
del hombre, que hemos dedicado un capítulo a cada uno de ellos. En dichos
capítulos podrás consultar qué cualidades anímico-espirituales específicas
están relacionadas con cada uno de los chakras, qué zonas corporales están
sujetas a su influencia, cómo repercuten los bloqueos de cada uno de los
chakras, y muchas cosas más.
Aquí quisiéramos describir
primeramente aquellas características que son comunes a los siete chakras
principales. Se asientan verdaderamente en el cuerpo etérico del hombre. Se
asemejan a cálices florales con forma de embudo y un número variado de pétalos.
Por ello, en el ámbito cultural de Oriente a menudo se llaman también flores de
loto. Las subdivisiones de las flores en pétalos independientes representan los
nadis o los canales de energía a través de los cuales las energías fluyen y
penetran en los chakras y a través de los que la energía se retransmite desde
los chakras a los cuerpos no materiales. Su número varía desde cuatro canales
en el centro radical hasta casi mil canales energéticos en el centro de la
coronilla.
Esta
ilustración muestra una vista lateral de tos chakras en forma de embudo, sus uniones con el canal principal
en la columna vertebral, así como su posición más allá del cuerpo material
De
la concavidad situada en el centro de cada cáliz parte un canal, a modo de
peciolo de la flor del chakra, que llega hasta la columna vertebral y empalma
directamente con ésta. Este canal une los chakras con el canal energético
principal, denominado Sushumna, que asciende por el interior de la columna
vertebral y continúa en la cabeza hasta la coronilla.
Los chakras se encuentran en
permanente movimiento circular. A esta cualidad deben su nombre de «chakra», que en sánscrito significa «rueda». El movimiento giratorio de
estas ruedas produce que la energía sea atraída hacia el interior de los
chakras. Si el sentido de giro cambia, la energía es radiada partiendo de los
chakras.
Los chakras pueden girar hacia la
derecha o hacia la izquierda. Aquí puede reconocerse un principio contrapuesto
en el hombre y la mujer, o una complementación en la expresión de las energías
de diferente “especie" puesto que los mismos chakras que en el hombre
giran hacia la derecha (en el sentido de las agujas del reloj), en la mujer
giran hacia izquierda, y viceversa. Todo giro a la derecha tiene como peculiaridad
un predominio de la cualidad masculina, una acentuación del yang según la
doctrina china; es decir, representa voluntad y actividad, y en su forma
negativa de manifestación, también agresividad y violencia. Todo giro a la
izquierda tiene un predominio del yin y representa sensibilidad y acuerdo, y en
su aspecto negativo, debilidad.
El sentido de giro cambia de un
chakra a otro. Así, el chakra basal del hombre gira hacia la derecha, y expresa
más activamente las cualidades de este centro: en sentido de conquista y
dominio en el ámbito material y sexual. Por contra, el primer chakra de la
mujer tiene sentido de giro hacia la izquierda, lo que la hace más sensible
para la fuerza vivificadora y engendradora de la tierra, que fluye a través del
centro radical. En el segundo chakra se invierten los signos: el sentido de
giro hacia la derecha en la mujer indica una mayor energía activa en la
expresión de los sentimientos; el sentido de giro hacia
la izquierda del
hombre puede interpretarse aquí preferentemente como lo
receptivo, a menudo incluso como actitud pasiva. Y así sucesivamente. Los
sentidos de giro hacia
Sentido de giro de
los chakras en la mujer
La
línea continua que asciende ondulando simboliza Pingala, la energía solar, y la
línea de puntos representa a Ida, la fuerza lunar.
Sentido de giro de los chakras en el hombre
La línea continua que asciende
ondulando simboliza Pingala, y la línea de puntos simboliza Ida
Nota: Aquí aparece
en la fotocopia fuente una imagen muy borrosa imposible de reproducir. Solo se
incluye el pié de la imagen
la derecha e izquierda se alternan
sucesivamente y caracterizan de forma distinta al hombre y a la mujer, lo que
lleva a una complementación de las energías en cada uno de los ámbitos de la
vida.
Conocer el sentido de giro de los
chakras permite incorporarlos a algunas formas de terapia. Por ejemplo, en la
aromaterapia puedes aplicar los aromas con un movimiento circular en el sentido
correspondiente, o también trazar con las piedras preciosas giros en el mismo
sentido que tienen los centros energéticos.
Los chakras de la mayoría de las
personas tienen una extensión media aproximada de 10 centímetros. En cada uno
de los centros energéticos existen todas las vibraciones cromáticas, si bien
siempre domina un color determinado, que coincide con la función principal del
chakra correspondiente. En un desarrollo superior del hombre, los chakras
continúan extendiéndose y aumenta su frecuencia de vibración. También sus
colores se hacen más claros y radiantes.
El tamaño y el número de vibraciones
(frecuencia) de los chakras determinan la cantidad y la calidad de las energías
que absorben procedentes de las fuentes más variadas. Se trata de energías que
vienen a nosotros del cosmos, de las estrellas, de la naturaleza, de la
radiación de todas las cosas y todas las personas de nuestro entorno, de
nuestros diferentes cuerpos no materiales, y también de la razón original no
manifestada de todo ser. Esas energías llegan a los chakras, en parte, a través
de los nadis, y, en parte, fluyen hasta su interior de forma directa. Las dos
formas de energía más importantes y fundamentales son absorbidas a través del
centro radical y del centro coronal. Entre estos dos chakras discurre el
Sushumna, al que están unidos todos los centros energéticos a través de sus
«peciolos» y que alimenta a todos ellos de fuerza vital. Es el canal a través
del cual asciende la denominada energía Kundalini, que reposa, «enrollada como
una serpiente», en el extremo inferior de la columna vertebral, y cuya puerta
de entrada es el centro radical. La energía Kundalini representa la energía
cósmica de la creación, que en la sabiduría india también se denomina Shakti o
la manifestación femenina de dios. Este aspecto activo del ser divino provoca
todas las manifestaciones de la creación. Su polo opuesto es el aspecto puro,
amorfo y autoinherente del ser divino, en el que incidiremos con más detalle
más adelante.
En la mayoría de las personas la
energía Kundalini sólo fluye a través de Sushumna en proporción escasa. A
medida que va despertándose por un desarrollo creciente de la consciencia, va
ascendiendo a través del canal de la columna vertebral en un flujo siempre
creciente, y activando los diferentes chakras. Esta activación produce una
extensión de los centros energéticos y una aceleración de sus frecuencias. La
energía Kundalini alimenta los chakras con la vibración energética que faculta
a los hombres para ir abriendo paulatinamente en el curso de su evolución todas
las facultades y energías que actúan en los diferentes planos energéticos y
materiales de la creación, con el fin de integrar dichas energías en su vida.
Durante su ascenso, la energía
Kundalini se transforma en una vibración diferente en cada chakra,
correspondiente a las funciones del chakra respectivo. Esta vibración es mínima
en el centro radical y encuentra su máxima expresión en el centro coronal. Las
vibraciones transformadas son retransmitidas a los diferentes cuerpos no
materiales o al cuerpo físico, y se perciben como sentimientos, ideas y
sensaciones físicas.
El grado en que una persona permite
la acción de la energía Kundalini depende del grado de conciencia que tenga en
los diferentes ámbitos de la vida representados por los chakras, y de la medida
en que el estrés y las vivencias no procesadas hayan causado bloqueos en los
chakras. Cuanto más consciente es una persona, tanto más abiertos y activos
están sus chakras, de forma que la energía Kundalini puede fluir a ellos con
más intensidad; y cuando más intenso sea este flujo de energía, tanto más
activos se volverán los chakras, lo cual, a su vez, despierta una mayor
conciencia. De esta forma surge un ciclo permanente de mutua influencia, tan
pronto como empecemos a eliminar nuestros bloqueos y a recorrer una senda del
desarrollo de la conciencia.
Además de la energía Kundalini
existe otra fuerza que fluye al interior de cada uno de los chakras a través
del canal Sushumna de la columna vertebral. Es la energía del ser divino puro,
del aspecto no manifestado de Dios. Entra a través del chakra coronal y hace
que el hombre conozca en todos los planos de la vida el aspecto existencial
amorfo de Dios como la razón original, inmutable y que todo lo penetra, de
aquella manifestación. Esta energía es particularmente adecuada para eliminar los
bloqueos de los chakras. En la sabiduría india se le denomina Shiva, la
divinidad, que es la gran destructora del desconocimiento y que con su mera
presencia desata una transformación hacia lo divino.
Esta representación
de los chakras procedente del Nepal tiene aproximadamente 350 años de
antigüedad. Pueden reconocerse los siete chakras principales, representados por
flores de loto. Cada una de estas flores chakra representa un plano de
conciencia, empezando por los inferiores y terminando con los superiores en la
parte de arriba. También pueden reconocerse los principales canales
energéticos, Sushumna, Ida y Pingala. (Guache sobre papel)
Así, Shiva y Shakti trabajan codo
con codo en el desarrollo integral de la persona, en el que hemos integrado en
nuestra vida tanto lo divino como todos los planos del ser relativo.
Junto al Sushumna hay otros dos
canales energéticos que desempeñan un papel particularmente importante en el
sistema energético: en sánscrito se denominan Ida y Pingala. Pingala hace las
veces de portador de la energía solar, llena de ardor y fuerza motora. Este
canal empieza a la derecha del chakra radical y termina en la parte superior
del orificio nasal derecho. Ida es el portador de la energía lunar que enfría y
serena. Este canal comienza a la izquierda del chakra radical y termina en el
orificio nasal izquierdo. En su camino desde el centro radical hasta la nariz,
ambos nadis se retuercen alrededor de Sushumna.
Ida y Pingala tienen la facultad de
absorber prana directamente del aire mediante la respiración, y de expulsar
sustancias venenosas en la espiración. Junto con el Sushumna, constituyen los
tres canales principales del sistema energético. Además, hay un gran número de
otros nadis que aportan a los chakras energías procedentes de los chakras
secundarios y de los cuerpos no materiales, y que retransmiten esa energía a
los cuerpos energéticos vecinos.
Pero los chakras también absorben
directamente vibraciones del entorno, vibraciones que se corresponden con sus
frecuencias. Así, mediante sus diferentes formas de funcionamiento, nos unen
con los sucesos de nuestro entorno, de la naturaleza y del universo, sirviendo
como antenas para la gama completa de vibraciones energéticas. También podemos
denominar a los chakras los órganos sensoriales no materiales. Nuestro cuerpo
físico, junto con sus sentidos, es un vehículo adaptado a las leyes de la vida
de nuestro planeta, y con cuya ayuda nos las arreglamos en el ámbito externo de
la vida, pero con el que simultáneamente también podemos realizar en la tierra
nuestros valores y conocimientos internos. Los chakras sirven como receptores
para todas las vibraciones energéticas e informaciones que proceden del ámbito
físico. Son las aberturas que nos unen con el mundo ilimitado de las energías
más sutiles.
Asimismo los chakras irradian
energía directamente al entorno, con lo que modifican la atmósfera a nuestro
alrededor. A través de los chakras podemos emitir vibraciones curativas y
mensajes, conscientes e inconscientes, influyendo tanto positiva como
negativamente sobre las personas, las situaciones e incluso la materia.
Para experimentar una plenitud
interior, y la energía, la creatividad, el conocimiento, el amor y la bendición
a ella asociados, todos los chakras deben estar abiertos y trabajar en mutua
armonía. Sin embargo, esta circunstancia se da en muy pocas personas. En
general, los diferentes chakras tienen un grado de activación distinto. Y
muchas veces sólo están activados los dos chakras inferiores. En las personas
que ostentan una posición social sobresaliente, o que de alguna manera ejercen
una gran influencia, es frecuente que, además, el chakra del plexo solar se
encuentra desproporcionadamente activo. Es posible que exista cualquier
combinación de chakras abiertos, bloqueados o marcados en un sentido concreto.
Además, estos grados oscilan a lo largo de una vida, puesto que en momentos
diferentes pueden adquirir importancia temas distintos.
Por lo tanto, el conocimiento de los
chakras puede aportarte una ayuda inestimable para el autoconocimiento, y
guiarte en tu camino para descubrir todas las facultades innatas, obsequiándote
con una vida de plenitud y alegría máximas.
Ciclos
de evolución humana a la luz de la teoría de los chakras
EN nuestro universo todo está sujeto
a ritmos y ciclos claramente específicos. Éstos empiezan en el plano atómico y
se extienden a todas las formas de existencia de la creación entera. En el
latido de nuestro corazón y en nuestra respiración, en la sucesión rítmica de
días y noches, en las estaciones, e incluso en el desplazamiento predecible de
las estrellas, detectamos las regularidades rítmicas descritas. También en la
evolución de los seres vivos podemos detectar ciclos periódicos. Así, por
ejemplo, en las plantas observamos cómo primero aparece el germen, después le
siguen las hojas, el capullo, la flor, y finalmente el fruto. Siempre se
respeta una determinada secuencia de fases evolutivas, que no son libremente
intercambiables entre sí: es bastante evidente que el hombre, como ser inteligente
en un cuerpo material, también ha evolucionado según leyes periódicas. No solo
se hace más viejo cada día y van aumentando sus capacidades y experiencias,
sino que su evolución se consuma en ciclos evolutivos mentales y espirituales
muy especiales. No en todas las épocas de la vida todos los temas tienen la
misma importancia, y si observamos este hecho con más detenimiento nos damos
cuenta que la «madre naturaleza» nos enfrenta a tareas muy específicas en
épocas concretas, tareas que hay que resolver en ese momento exacto. Si bien
estas tareas pueden presentarse con diferentes «ropajes», en general cabe decir
que una evolución determinada sólo podemos consumarla de forma óptima en una
época determinada de la vida. Por ejemplo, es muy difícil recuperar a los 25
años de edad una evolución que omitimos cuando teníamos una edad comprendida
entre 5 y 12 años. Y así ocurre que el edificio vital de algunas personas se
apoya durante toda una vida sobre unos cimientos tambaleantes, porque en los
años de juventud no se efectuaron determinadas experiencias o sólo se formaron
insuficientemente ciertas capacidades.
El conocimiento de los ciclos de la
vida no es nuevo: en todo caso podríamos decir que se ha perdido otra vez.
Diversas escuelas intelectuales, sin embargo, siguen implicando hoy día este
conocimiento con la evolución total del hombre. En círculos antroposóficos, y
dentro de éstos la pedagogía de Waldorf fundamentalmente, se conocen muy bien
estas relaciones, y se elaboraron razonablemente los planes de aprendizaje para
adaptarlos a una evolución humana correcta en función de los ciclos evolutivos
naturales e internos del niño. El fundador del movimiento antroposófico, Rudolf
Steiner, nos dejó un legado inmenso sobre este tema (por ejemplo, el libro Vom
Lebenslauf des Menschen [«Del curriculum del hombre»]). En la antropología
antroposófica reconocemos un camino vital que transcurre en fases rítmicas
claramente articuladas, dividido en «ciclos de siete años». Es totalmente
evidente que el tiempo oculta en sí mismo cualidades diferentes, o que en
determinadas épocas de su vida el hombre está diferentemente «abierto» a
determinadas influencias y experiencias, y, por tanto, «maduro» para progresos
evolutivos totalmente específicos.
Resulta interesante que este conocimiento
se integra sin fisuras en el conocimiento del funcionamiento y las funciones de
nuestro sistema de chakras. De este modo, partiendo del centro basal, pasamos
cada siete años a un chakra diferente, cuyas cualidades constituyen un tema
fundamental de nuestra vida durante ese tiempo. Simultáneamente, ese periodo se
divide en siete temas principales adicionales, cada uno de ellos de un año de
duración, y que igualmente comienzan en el chakra basal, para recorrer año tras
año uno de los siete chakras siguientes.
Después comienza un nuevo ciclo de
otros siete años, pero esta vez con el patrón fundamental del segundo chakra.
Así, año tras año recorremos una etapa evolutiva más, que se compone del tema
fundamental septenario y de siete temas principales de un año. Después de 5 x 7
años alcanzamos aproximadamente la mitad de nuestra vida. Después de 7 x 7 años
de vida terminamos un ciclo completo de 49 años. De forma que al entrar en el
quincuagésimo año de vida comienza una etapa totalmente nueva, tenemos
efectivamente la oportunidad de comenzar otra vez desde el principio, pero esta
vez en una «octava superior» de la evolución. También después de los 50 años de
edad nos esperan etapas de aprendizaje totalmente especiales, que hay que
consumar. Así, algunas personas terminan a la edad de 98 años el segundo gran
recorrido por los ciclos evolutivos humanos.
Cada año que pasa nos espera un
nuevo tema principal, y cada siete años un nuevo tema fundamental; en este
proceso los temas se complementan siempre de la forma más óptima. El
conocimiento del significado y la función de cada chakra nos indica el camino
para aprovechar de forma óptima cada año concreto en beneficio de nuestra
evolución. Además, nos permite comprender con mayor profundidad la evolución de
nuestros hijos y darles siempre el tipo justo de dedicación y estímulos que más
valiosos les resultarán en una época determinada.
También en el plano material se
consuma una transformación con un ritmo cíclico de siete años. Tal vez hayas
escuchado ya la existencia de la prueba biológica de que nuestro cuerpo se
renueva completamente cada siete años. A los siete años todas las células
corporales han sido sustituidas por otras nuevas, y somos personas
completamente nuevas desde el punto de vista físico. Si, por el contrario, en
el plano psíquico parece como si en esos siete años nada hubiera cambiado en
realidad, se debe a que nuestro cuerpo emocional está cargado con patrones
similares a los del inicio de este periodo de tiempo. Pero también puede
suceder que al cabo de largo tiempo te encuentres de nuevo con una persona y
constates anonadado que ha dado un paso evolutivo violento. Un cambio
fundamental es absolutamente posible en siete años.
En las páginas siguientes trataremos
de transmitirte una visión de conjunto (ayudándonos de una representación
tabulada deliberadamente escueta) sobre las experiencias que, a grandes rasgos,
debe recorrer el hombre en cada uno de sus años de vida, y las influencias para
las que es particularmente sensible. En el capítulo siguiente explicaremos con
más detalle algunos ejemplos.
LOS
CICLOS EVOLUTIVOS DEL HOMBRE A LA LUZ DE LA DOCTRINA DE LOS CHAKRAS:
1°
AL 49° AÑO DE VIDA
TEMA
PRINCIPAL PARA CADA AÑO DE VIDA
7º
chakra.
Perfección,
conocimiento supremo mediante la instrospección directa, comunión con los
universales conciencia universal.
|
7º año de vida
|
14º año de vida
|
6º chakra.
Funciones del
conocimiento, intuición, desarrollo de los sentidos interiores, fuerza
espiritual, proyección de conciencia, manifestación.
|
6º año de vida
|
13º año de vida
|
5º chakra.
Comunicación,
autoexpresión creativa, franqueza, amplitud, independencia, inspiración,
acceso a los planos más sutiles del ser.
|
5º año de vida
|
12º año de vida
|
4º chakra.
Desarrollo de
las cualidades del corazón, amor, simpatía, compartir, apoyar con el corazón,
desinterés y altruismo, entrega, sanación.
|
4º año de vida
|
11º año de vida
|
3er
chakra.
Desarrollo de la
personali-dad, procesa-miento de sentimientos y vivencias, moderación del
ser, influencia y poder, fuerza y plenitud, sabiduría nacida de la
experiencia.
|
3er año de vida
|
10º año de vida
|
2º chakra.
Sentimientos
originales, fluir con la vida, sensibilidad, erotismo, creatividad, asombro y
entusiasmo.
|
2º año de vida
|
9º año de vida
|
1er
chakra.
Energía vital
original, confianza original, relación con la tierra y el mundo material,
estabilidad, capacidad de imponerse.
|
1er año de vida
|
8º año de vida
|
Tema fundamental
para cada siete años de vida
|
1er chakra: 1º a
7º año de vida.
Energía vital
original, confianza original, relación con la tierra y el mundo material,
estabilidad, capacidad de imponerse.
|
2º chakra: 8º a 14º año de vida. Sentimientos
originales, fluir con la vida, sensitividad, erotismo, creatividad, asombro y
entusiasmo.
|
21º año de vida.
|
28º año de vida.
|
35º año de vida.
|
42º año de vida.
|
49º año de vida.
|
20º año de vida.
|
27º año de vida.
|
34º año de vida.
|
41º año de vida.
|
48º año de vida.
|
19º año de vida.
|
26º año de vida.
|
33º año de vida.
|
40º año de vida.
|
47º año de vida.
|
18º año de vida.
|
25º año de vida.
|
32º año de vida.
|
39º año de vida.
|
46º año de vida.
|
17º año de vida.
|
24º año de vida.
|
31º año de vida.
|
38º año de vida.
|
45º año de vida.
|
16º año de vida.
|
23º año de vida.
|
30º año de vida.
|
37º año de vida.
|
44º año de vida.
|
15º año de vida.
|
22º año de vida.
|
29º año de vida.
|
36º año de vida.
|
43º año de vida.
|
3er Chakra: 15º
a 21º año de vida.
Desarrollo de la
personalidad, procesamiento de sentimientos y vivencias, modelación del ser,
influencia y poder, fuerza y plenitud, sabiduría nacida de la experiencia.
|
4º chakra: 22º a
28º año de vida.
Desarrollo de
las cualidades del corazón, amor, simpatía, compartir, apoyar con el corazón,
desinterés y altruismo, entrega, sanación.
|
5º chakra: 29º A
35º año de vida.
Comunicación,
autoexpresión creativa, franqueza, amplitud, independencia, inspiración,
acceso a los planos más sutiles del ser.
|
6º chakra: 36º a
42º año de vida.
Funciones del
conocimiento, intuición, desarrollo de los sentidos interiores, fuerza
espiritual, proyección de conciencia, manifestación.
|
7º chakra: 43º a
49º año de vida.
Perfección,
conocimiento supremo mediante la introspección directa, comunión con los
universales, conciencia universal.
|
7º chakra.
Perfección,
conocimiento supremo mediante la instrospección directa, comunión con los
universales conciencia universal.
|
56º año de vida
|
63º año de vida
|
||||||
6º chakra.
Funciones del
conocimiento, intuición, desarrollo de los sentidos interiores, fuerza
espiritual, proyección de conciencia, manifestación.
|
55º año de vida
|
62º año de vida
|
||||||
5º chakra.
Comunicación,
autoexpresión creativa, franqueza, amplitud, independencia, inspiración,
acceso a los planos más sutiles del ser.
|
54º año de vida
|
61º año de vida
|
||||||
4º chakra.
Desarrollo de
las cualidades del corazón, amor, simpatía, compartir, apoyar con el corazón,
desinterés y altruismo, entrega, sanación.
|
53º año de vida
|
60º año de vida
|
||||||
3er
chakra.
Desarrollo de la
personali-dad, procesa-miento de sentimientos y vivencias, moderación del
ser, influencia y poder, fuerza y plenitud, sabiduría nacida de la
experiencia.
|
52º año de vida
|
59º año de vida
|
||||||
2º chakra.
Sentimientos
originales, fluir con la vida, sensibilidad, erotismo, creatividad, asombro y
entusiasmo.
|
51º año de vida
|
58º año de vida
|
||||||
1er
chakra.
Energía vital
original, confianza original, relación con la tierra y el mundo material,
estabilidad, capacidad de imponerse.
|
50º año de vida
|
57º año de vida
|
||||||
Tema fundamental
para cada siete años de vida
|
1er chakra: 50º
a 56º año de vida.
Energía vital
original, confianza original, relación con la tierra y el mundo material,
estabilidad, capacidad de imponerse.
|
2º chakra: 57º a 63º año de vida. Sentimientos
originales, fluir con la vida, sensitividad, erotismo, creatividad, asombro y
entusiasmo.
|
||||||
70º año de vida.
|
77º año de vida.
|
84º año de vida.
|
91º año de vida.
|
98º año de vida.
|
||||
69º año de vida.
|
76º año de vida.
|
83º año de vida.
|
90º año de vida.
|
97º año de vida.
|
||||
68º año de vida.
|
75º año de vida.
|
82º año de vida.
|
89º año de vida.
|
96º año de vida.
|
||||
67º año de vida.
|
74º año de vida.
|
81º año de vida.
|
88º año de vida.
|
95º año de vida.
|
||||
66º año de vida.
|
73º año de vida.
|
80º año de vida.
|
87º año de vida.
|
94º año de vida.
|
||||
65º año de vida.
|
72º año de vida.
|
79º año de vida.
|
86º año de vida.
|
93º año de vida.
|
||||
64º año de vida.
|
71º año de vida.
|
78º año de vida.
|
85º año de vida.
|
92º año de vida.
|
||||
3er Chakra: 64º
a 70º año de vida.
Desarrollo de la
personalidad, procesamiento de sentimientos y vivencias, modelación del ser,
influencia y poder, fuerza y plenitud, sabiduría nacida de la experiencia.
|
4º chakra: 71º a
77º año de vida.
Desarrollo de
las cualidades del corazón, amor, simpatía, compartir, apoyar con el corazón,
desinterés y altruismo, entrega, sanación.
|
5º chakra: 78º A
84º año de vida.
Comunicación,
autoexpresión creativa, franqueza, amplitud, independencia, inspiración,
acceso a los planos más sutiles del ser.
|
6º chakra: 85º a
91º año de vida.
Funciones del
conocimiento, intuición, desarrollo de los sentidos interiores, fuerza
espiritual, proyección de conciencia, manifestación.
|
7º chakra: 92º a
98º año de vida.
Perfección,
conocimiento supremo mediante la introspección directa, comunión con los
universales, conciencia universal.
|
||||
En la Antigüedad el número 7 se
utilizó con frecuencia como símbolo de consumación, plenitud y perfección
(espiritual). En muchas culturas se consideraba un número sagrado, y así aún
hoy día encontramos el número 7 en numerosos escritos religiosos, en mitos y en
cuentos. También nuestras semanas transcurren en un ritmo de septenas. Éste es
el menor ritmo cíclico fundamental de nuestra existencia. Mao Tse Tung, el gran
líder revolucionario chino, intentó en el marco de la Revolución Cultural
sustituir la semana de 7 días por una semana de 10 días. Al poco tiempo se
produjeron graves fenómenos de ausentismo entre los trabajadores debidos a
enfermedades, y China regresó a la semana de 7 días.
Para algunos puede que sea
interesante el hecho de que ya antes de nuestro nacimiento atravesamos los
correspondientes estadios de los chakras. Sin embargo, esta evolución
transcurre en sentido inverso, por lo que comienza por el chakra coronal, a
través del cual fluyen hacia el embrión los flujos luminosos energéticos
durante todo el embarazo. Una vez que se han generado el chakra frontal, el
chakra del cuello, el chakra cordial, el chakra del plexo solar y el chakra
sacro, aproximadamente al final del embarazo se desarrolla el chakra radical:
con lo que el nuevo ser humano recibe su vínculo terrenal y está preparado para
entrar en nuestra atmósfera.
Tanto si aceptas estas leyes
regulares como si no, las fuerzas universales que están tras ellas no se verán
influidas. Nosotros somos libres en todas nuestras decisiones, pero vivimos
siempre dentro de ciertas leyes generales razonables. De forma que queda a
nuestro albedrío cómo utilizamos este conocimiento.
Atención:
AL leer las tablas que anteceden de los ciclos evolutivos humanos, piensa
siempre que si, por ejemplo, tienes 24 años, te encuentras en el 25° año de
vida, o que si tienes 38 años te encuentras en el 39º año de vida, etcétera.
El
origen de los bloqueos
en
los chakras
POR nuestra auténtica naturaleza
somos uno con esa fuerza que se manifiesta en las vibraciones y leyes regulares
infinitamente variadas, en los colores y formas, en los aromas y sonidos de toda
la creación. No estamos separados de nada. El núcleo más íntimo de nuestro ser
vive en comunión inseparable con el ser absoluto, inmutable, omnipresente, que
denominamos Dios y que ha producido y penetra todas las áreas de la existencia
relativa. Esta existencia pura ilimitada es por naturaleza la gloria.
Tan pronto como el silencioso y
calmo océano del ser divino se encrespa en olas de alegría, comienza el baile
de la creación, de la cual también nosotros somos una forma de manifestación y
en la que podemos participar, en todos sus planos, a través de nuestros cuerpos
no materiales y del cuerpo físico.
Sin embargo, perdemos la conciencia
de la unidad en el momento en que empezamos a confiar exclusivamente en las
informaciones que nos llegan a través de los sentidos físicos y del
entendimiento racional, olvidándonos de nuestro origen y nuestra base divina.
Se produjo entonces una separación aparente que trajo tras de sí la experiencia
real de la angustia. Perdimos el sentimiento de la plenitud interior y de la
seguridad en la vida y comenzamos a buscarla en el ámbito exterior. Pero en esa
búsqueda el ansia de la plena consumación se veía defraudada una y otra vez.
Esta experiencia hizo surgir la angustia por una nueva decepción. También
olvidamos que nunca podemos ser extinguidos, dado que la muerte sólo significa
una variación de la forma externa.
La angustia siempre provoca una
contracción y, por tanto, un agarrotamiento o bloqueo, que a su vez intensifica
el sentimiento de separación y permite que la angustia continúe creciendo.
Romper este círculo vicioso y recuperar la unidad perdida es el objetivo
declarado de casi todas las vías espirituales de Oriente y Occidente.
Los chakras son esos puntos de
conexión en el sistema energético del hombre en los que se establecen
preferentemente los bloqueos condicionados por la angustia. También pueden
existir otros bloqueos a lo largo de los nadis. Cuando estas contracciones se
hacen permanentes, provocan que las energías vitales no puedan fluir libremente
y alimentar nuestros diversos cuerpos con todo lo que necesitan para reflejar y
mantener la conciencia de la unidad. Cuando la vivencia de la separación, el
abandono, el vacío interior y el miedo a la muerte nos impulsa a buscar en el
mundo exterior lo que sólo podemos encontrar en lo más intimo de nuestro ser,
nos volvemos dependientes del amor y el reconocimiento de otras personas de los
placeres sensoriales, del éxito y de la posesión material. En lugar de
enriquecer nuestra vida, estas cosas se convierten en necesidades perentorias
con las que intentamos rellenar el vacío. Si las perdemos, nos encontramos
súbitamente ante la nada, y el ligero sentimiento de angustia que acompaña a
casi todas las personas se nos presenta otra vez como real. Y, naturalmente, son
los demás quienes cogen de nosotros lo que de forma tan evidente necesitamos
para nuestra realización y satisfacción. Olvidamos que todos nosotros tenemos
nuestro origen común en la existencia divina y que estamos mutuamente unidos en
este plano. En lugar de amar a nuestros congéneres, comenzamos a considerarlos
competidores o incluso enemigos. Finalmente, pensamos que tenemos que
protegernos, sin dejar que determinadas personas, situaciones o informaciones
se nos acerquen o se introduzcan en nosotros. Retraemos nuestras antenas
receptoras para no tener que afrontar desafíos, y con ello provocamos una nueva
contracción y el bloqueo de nuestros chakras.
Sin embargo, la necesidad de
reconocimiento por parte de nuestros congéneres o por un grupo al que nos sentimos
pertenecer es tan intensa que estamos dispuestos a orientar nuestra vida en
amplios ámbitos según las ideas de determinadas personas cercanas a nosotros o
según las reglas sociales generalmente aceptadas, y a reprimir nuestros
sentimientos espontáneos tan pronto como dejen de concordar con las
expectativas o convenciones. Esto sólo es posible si contraemos nuestros
chakras hasta tal punto que ninguna emoción controlada pueda pasar el filtro.
Se produce entonces una congestión de la energía en el chakra afectado. Como
las energías no pueden irradiarse ya en su forma original, se distorsionan,
rompen la barrera y se descargan de forma inadecuada, en forma de emociones
intensas y con frecuencia negativas o de un impulso de actividad exagerado.
Esto se corresponde con una reacción
al bloqueo marcada por el yang. Pero como si se produce una expresión de las
energías, hacia el interior del chakra pueden fluir nuevas energías, que
volverán a descargarse de la misma forma inadecuada.
Una reacción al bloqueo de los
chakras marcada por el yin se manifiesta en una contención casi absoluta de las
energías, con lo cual el flujo energético prácticamente se paraliza, puesto que
no se crea espacio para las energías que fluyen posteriormente. La consecuencia
es una subalimentación de energía vital y una debilidad en la manifestación del
chakra afectado. Las repercusiones de una hipofunción semejante, al igual que
de una sobrecarga de los chakras correspondientes, puedes consultarlas en los
capítulos correspondientes de los chakras. Allí te daremos algunas directrices
generales que, en algunos puntos, podrán diferir de tus reacciones
individuales, puesto que en último término éstas están determinadas por las
experiencias que han causado el bloqueo y que están almacenadas en el cuerpo
emocional y, en menor medida, también en el cuerpo mental.
Estas experiencias almacenadas no
las dejamos detrás de nosotros con la muerte física. Las arrastramos de una
encarnación a la siguiente, hasta que las hemos pulido en el transcurso de
nuestra evolución. Determinan en gran medida las circunstancias en las que
renaceremos y las vivencias que atraemos inconscientemente en nuestra nueva
vida a través de la irradiación de nuestro cuerpo emocional.
No obstante, en cada vida tenemos la
posibilidad de disolver muy rápidamente, desde la propia infancia, nuestras
estructuras emocionales. En un recién nacido todo el sistema energético esta
aún completamente abierto y permeable. Esto significa que en principio toda
alma nacida nuevamente recibe una nueva oportunidad de llevar una vida
satisfactoria. Pero también significa que está abierta a todas las
vibraciones y experiencias, y con ello
también a todo tipo de impronta.
Un recién nacido no puede aún
participar conscientemente en la configuración de su vida, ni puede relativizar
sus vivencias. Por tanto, es totalmente dependiente de la buena voluntad y los
cuidados de los adultos. Aquí radica para los padres una gran oportunidad, y
también una gran tarea.
En las páginas siguientes vamos a
describirte qué influencias necesita un niño en los primeros años de vida para
poder desarrollarse de forma óptima, para evitar nuevos bloqueos y disolver
viejas estructuras.
En nuestra época, muchas almas
altamente evolucionadas esperan a unos padres adecuados en los que poder
encarnarse sin acumular bloqueos innecesarios que podrían obstaculizar el
cumplimiento de su misión en esta tierra. Otras almas querrían reencarnarse en
esta época nuestra de cambio, pues apenas volverá a ofrecerse una oportunidad
semejante de aprender y crecer.
El saber que exponemos a
continuación puede servir de ayuda a los futuros padres para dar a un alma, que
podría venirles en forma de hijo, las mejores posibilidades de partida para el
camino de la vida. Pero también puede ayudarnos a cada uno de nosotros a
entender mejor nuestra propia «historia de los bloqueos» y a manejarla con más
facilidad partiendo de esta base.
Ya en el seno materno pueden
iniciarse conatos de bloqueos en el sistema energético cuando la vida
incipiente es rechazada, o cuando la madre vive en una permanente situación de
estrés, puesto que un feto vive y siente su mundo en gran medida a través de la
madre. Una dedicación amorosa hacia el pequeño ser que se encuentra en el seno
materno proveerá a su sistema energético de las vibraciones en las que se
sentirá absolutamente bien y protegido. Cuando la madre vive los meses del
embarazo como un tiempo feliz y pleno está creando las condiciones óptimas para
la vida de su hijo, en las que podrá descubrir completamente su potencial de
felicidad y creatividad.
Un hito importante en la vida de
toda persona es el instante del nacimiento. En determinadas circunstancias, la
vivencia del nacimiento puede marcarnos durante toda una vida, pudiendo ser
determinante para que percibamos el mundo como un lugar amistoso y agradable o
como algo duro, carente de amor y frío. Con el parto, el niño abandona la
completa seguridad física, que durante sus primeros nueve meses de existencia
en la tierra, ha vivido en un estado dichoso de intemporalidad e ingravidez, le
ha proporcionado alimento y protección. Pero el pequeño ser está preparado para
el nacimiento y tiene curiosidad por el mundo. Por eso, un nacimiento natural,
en el que ni la madre ni el niño estén debilitados por los medicamentos,
significa un gran trabajo y esfuerzo, pero al mismo tiempo no supone un choque
para el niño. Para lo que, sin embargo, no está preparado en absoluto es para
la separación de la madre inmediatamente después del nacimiento. Mientras
continúe sintiendo el cuerpo de la madre junto con sus vibraciones familiares y
se sienta acunado en las vibraciones energéticas habituales del aura de ésta,
está preparado para abrirse con plena confianza a las nuevas vivencias.
Además, el contacto corporal con la
madre inmediatamente después del nacimiento supone un profundo vínculo entre la
madre y el niño, que en círculos especializados se denomina «bonding». Un flujo
de sentimientos amorosos, de energía emocional positiva, fluye automáticamente
y sin participación consciente desde la madre hasta su recién nacido, y no se
interrumpe mientras el niño sienta el cuerpo de la madre o permanezca al menos
dentro de su aura emocional. Esta energía llena a la pequeña alma de confianza
y alegría. Un hecho interesante es que también los padres desarrollan un
contacto más íntimo hacia sus bebés y un entendimiento más intuitivo cuando han
estado presentes en el nacimiento y han podido tocar y acariciar al niño.
Por el contrario, si el recién
nacido es alejado de la madre justo después del nacimiento, experimenta un
profundo dolor por la separación y la soledad. Mientras la madre continúe
enviando conscientemente al recién nacido sus sentimientos y pensamientos
amorosos durante una separación, se mantendrá todavía un contacto, y el niño no
estará completamente aislado del abastecimiento energético que realiza la
madre. Sin embargo, si ella dedica su atención a otras cosas o está cansada o
insensible debido a los medicamentos, también se romperá este contacto.
La pequeña criatura percibe su
desvalimiento en un mundo desconocido y frío en el que se siente completamente
abandonada sin la presencia cálida y protectora de la madre. Esta experiencia
es tan violenta que, en general, el sistema energético del niño no está en
condiciones de procesar los sentimientos terribles y experimenta una profunda
impresión, que tiene por consecuencia el primer bloqueo de las energías.
El bloqueo se muestra
preferentemente en la zona del chakra radical. En el capítulo anterior hemos
descrito los ritmos vitales a la luz de la teoría de los chakras. Mediante la
tabla que se adjunta en ese capitulo puedes ver que en el primer año de vida se
exploran las energías del chakra radical tanto en el tema fundamental de siete
años como en el tema principal de cada año. Junto al dominio del mundo físico y
material, que experimenta su primer punto álgido cuando se comienza a andar,
más o menos a finales del primer año, en este momento adquiere relevancia la
formación de la confianza original. Esta confianza original es la base para un
desarrollo integral y sin miedos de todas las posibilidades innatas en el
hombre. Además, desde el chakra radical y a través de la energía Kundalini se
alimentan de energía vital todos los demás centros. De esta forma, un bloqueo
del chakra basal repercute en todo el sistema energético. No es ninguna
casualidad que la psicología considere el primer año de vida como el más
importante en la vida de una persona.
En esta época, en la que el niño
acumula experiencias predominantemente a través del cuerpo físico, el niño
necesita ante todo el contacto corporal con la madre, y a veces también con el
padre o con otras personas de confianza.
A esta edad el niño no tiene aún un
concepto del tiempo. Cuando llora por soledad o por hambre, no sabe si este
estado terminará, y fácilmente es presa de la desesperación. Por contra, si se
satisface de inmediato su exigencia, se forma en él la confianza de que esta
tierra proporciona a sus hijos todo cuanto necesitan para mantener su cuerpo y
satisfacer sus necesidades físicas. El niño puede abrirse, tanto en el plano
físico como en el plano no material, a las energías nutricias y protectoras que
dispone para nosotros nuestro planeta madre.
Prácticamente, todos los pueblos
primitivos poseen un conocimiento intuitivo de estas relaciones. Llevan
continuamente a sus bebés envueltos en un paño junto al cuerpo hasta que
empiezan a gatear, y ni siquiera lo abandonan cuando el continuo balanceo ha
acunado y adormecido a la pequeña criatura. Cuando el niño comienza a gatear,
lo levantan siempre en cuanto lo desea el niño. Por las noches los niños
permanecen junto a la madre en la cama, y, siempre que sienten hambre, el pecho
de la madre está a su servicio. Los ojos radiantes y los rostros satisfechos de
estas pequeñas felices criaturas hablan por sí solos. Los niños de estos
pueblos lloran muy raramente y están dispuestos desde muy temprana edad para
asumir responsabilidad social.
Si en nuestra sociedad una madre
también tuviera esta dedicación durante el primer año de vida de su hijo y
dejara en segundo plano sus propias necesidades, le habría proporcionado a la
criatura el mejor potencial para su vida. Nosotros pensamos que esta inversión
realmente merece la pena. El flujo automático de amor y alegría que se
desencadena en la madre mediante el permanente contacto corporal con el hijo es
una amplia compensación por todas las pequeñas cosas que tal vez no sea capaz
de hacer en ese tiempo.
Si un niño pierde los sentimientos
de confianza original, seguridad, satisfacción y protección, al crecer
continuará buscándolos en el ámbito externo y material. Establecerá relaciones
con las cosas en lugar de establecerlas con las personas. Todo empieza con las
mascotas, a las que se recurre como sustituto de la cercanía y el calor humanos.
Después ansía cada vez más nuevos juguetes y chucherías, en una búsqueda
inconsciente de algo a lo que le empuja el sentimiento ligeramente corrosivo de
vacío. Y de adultos son los vestidos hermosos, el coche, los muebles y quizás
una casa propia, así como la posición profesional o social, las cosas a las que
encarecen su corazón la mayoría de los hombres, con la esperanza de recuperar
con ellas el sentimiento de seguridad y satisfacción abandonado en la infancia.
Nuestra sociedad de consumo no podría existir sin esa insaciable necesidad de
la gran mayoría de sus miembros.
Pero también va aumentando el número
de personas que se han dado cuenta que la vivencia de la seguridad y la
satisfacción interiores no pueden alcanzarse mediante los bienes materiales.
Parten hacia una búsqueda interior, y aquí radica efectivamente la única
oportunidad de reencontrar el paraíso perdido que la mayoría de nosotros hemos
abandonado con el nacimiento.
En el segundo año de vida, al tema
fundamental del chakra radical, que se extiende a lo largo de los primeros
siete años de vida, se une un nuevo tema principal de un solo año. El niño que
va creciendo entra en contacto con las energías del segundo chakra. Ahora el
contacto delicado, las caricias y los mimos cobran más importancia, junto al
mero contacto corporal. El niño comienza a descubrir su sensualidad y a
experimentar y expresar sus sensaciones y emociones más conscientemente. Desde
este momento comienzan también a aparecer paulatinamente los contenidos del
cuerpo emocional, traídos de la vida anterior. En su segundo año de vida el
niño vive en primer lugar las estructuras emocionales más fundamentales.
Ahora es muy importante que los
padres no traten de imponer al niño una actitud determinada, pues en ese caso
comenzará a retraer las emociones y a reprimirlas en cualquier forma. Si, por
el contrario, el niño aprende a vivir sencillamente sus emociones, a aceptar la
existencia de las mismas y a tratarlas lúdicamente, podría disolver en poco
tiempo todas las improntas emocionales negativas.
Los padres deberían entender que un
niño de esa edad no expresa ninguna negatividad. Si se pone colérico, sólo es
debido a que se ha decepcionado una necesidad natural. Los gritos enrabietados
y las pataletas liberan el bloqueo producido, y así liberan al niño. Sin
embargo, a la mayoría de los padres les resulta difícil aceptar a su hijo tal
como es con su expresión emocional, puesto que ellos mismos no tienen las cosas
muy claras. Aman a su niño cuando hace esto o deja aquello, y con ello le
transmiten el siguiente mensaje: «Siendo así no eres lo suficientemente bueno».
El niño asume la actitud de juicio
de los padres, y como no quiere perder su amor, relega las partes de sí mismo
que no son queridas. Esto tiene como consecuencia un profundo efecto
energético. Si, además, falta estimulación sensorial, surge una carencia de
confianza original en el ámbito emocional y se bloquea el chakra sacro.
Después al adulto le resultará
difícil aceptar y expresar sus emociones naturales. Para poder sentir algo
necesita un estimulo sensorial burdo, y desarrolla la tendencia de observar a
los demás como objetos que sirven para su propia satisfacción.
El tercer año de vida pone a la
pequeña criatura en contacto con las energías del chakra del plexo solar. La
expresión emocional se hace más diferenciada, y las explicaciones que hemos
dado en relación con el segundo año de vida sólo se aplican dentro de ciertos
límites. Ahora el niño quiere probarse como personalidad independiente,
aprender a conocer su influencia y decir siempre «no», para ver qué pasa en tal
caso.
Cuando entre los padres y el niño
existe una lucha de poder porque los padres piensan que sólo pueden educar al
niño imponiéndole su voluntad, tal lucha tiene su punto culminante en el tercer
año de vida. Si entonces el niño no se siente querido y aceptado en su
personalidad en crecimiento, se bloquean las energías del chakra del plexo
solar. De mayor le faltará la confianza y el valor para vivir su personalidad
individual, para configurar su existencia según ideas propias y para aprender
de las experiencias negativas. En lugar de eso, se adaptará o intentará
controlar su mundo.
Así continúa el viaje de la pequeña
criatura a lo largo de las energías de los diferentes chakras. Pero dejemos por
ahora estos ejemplos. Con ayuda de la lista de los ciclos vitales y con la
descripción de cada uno de los chakras, te resultará fácil completar tú mismo
el resto del camino.
En todas estas explicaciones
deberíamos tener siempre en cuenta que somos nosotros mismos quienes hemos
elegido las circunstancias de nuestro renacimiento. Nos hemos encarnado en una
pareja determinada para ser correctamente pulidos, para recopilar experiencias
que nuestra alma necesita para poderse desarrollar hacia la perfección
Puede que los menos de nosotros
hayamos ido a unos padres que poseían un entendimiento tan profundo y un amor
tan desinteresado que entre sus amorosas y expertas manos se fundieron, hasta
desaparecer, las últimas estructuras restrictivas del cuerpo emocional. Esto no
significa más que lo siguiente: que en esta vida nuestra misión y nuestro
destino es desarrollar el comprensivo amor hacia nosotros mismos que disolverá
los bloqueos y salvará las partes no deseadas e impuestas de nuestra alma. Sin
ser conscientes de ello, nuestros padres son los primeros maestros que, con su
conducta, hacen referencia a nuestras debilidades, de forma que, partiendo del
dolor y del sentimiento de carencia, acabamos buscando vías para recuperar la
integridad interior. Después asumen esta tarea otras personas y situaciones
vitales que atraemos inconscientemente, y que sirven como espejo para las
partes anímicas de nosotros que hemos reprimido en la zona sombría de nuestra
psique.
En el capítulo siguiente quisiéramos
mostrarte las posibilidades que tienes para disolver los bloqueos de los
chakras y reencontrar la vivencia de la unidad interior.
La
disolución de los bloqueos
EXISTEN fundamentalmente dos vías
para actuar sobre nuestros chakras con un efecto liberador y armonizador. El
primer camino consiste en exponer los chakras a vibraciones energéticas que se
aproximen a las frecuencias con las que vibra de forma natural un chakra sin
bloqueos y que funcione armónicamente. Estas vibraciones energéticas podemos
encontrarlas, por ejemplo, en los colores luminosos puros, en las piedras
preciosas, en los sonidos y en los aceites esenciales, y también en los
elementos y en las múltiples formas de manifestación de la naturaleza. La
aplicación práctica de estos medios la describimos en los capítulos
terapéuticos de este libro.
Tan pronto como a nuestros chakras
afluyen frecuencias que son más elevadas y más puras que las que corresponden a
su estado actual, comienzan a vibrar con mayor rapidez, y las frecuencias más
lentas de los bloqueos se van disolviendo progresivamente. Los centros
energéticos pueden absorber nuevas energías vitales y retransmitirlas sin
obstáculos a los cuerpos no materiales. Es como si, a través de nuestro sistema
energético, soplara una fresca brisa. El prana que afluye carga el cuerpo
etérico que, a su vez, transmite la energía al cuerpo físico. También fluye
hasta dentro del cuerpo emocional y del cuerpo mental, donde también comienzan
a disolverse los bloqueos, puesto que sus vibraciones son más lentas que las de
la energía que fluye a su interior. Finalmente, el pulso de la energía vital
afecta a los nadis de todo el sistema energético, y el cuerpo, el espíritu y el
alma comienzan a vibrar de forma más elevada, y a irradiar salud y alegría.
Cuando
en este proceso de purificación y clarificación se liberan las energías
estancadas, sus contenidos aparecen una vez más en nuestra conciencia. Con ello
podemos vivir de nuevo las mismas sensaciones que causaron el bloqueo: nuestras
angustias, nuestra ira y nuestro dolor. Las enfermedades corporales pueden
aflorar por última vez antes de ser totalmente limpiadas. Durante estos
procesos probablemente nos sintamos intranquilos, excitados o incluso muy
cansados. Tan pronto como las energías tienen el camino expedito, retornan a
nosotros una profunda alegría, serenidad y claridad.
Sin embargo, muchas personas no
tienen el valor de atravesar los necesarios procesos de clarificación. A
menudo, sencillamente, no tienen conocimiento de ellos, y las experiencias que
se presentan las interpretan como un paso atrás en su evolución.
De hecho, los bloqueos de nuestro
sistema energético sólo se purifican en la medida en que, desde nuestra
evolución completa, estamos dispuestos a mirar a la cara a la parte indeseada y
reprimida de nosotros mismos, y a redimirla mediante nuestro amor. Y con esto
llegamos a la segunda vía, que hemos mencionado al comienzo de este capitulo.
Esta vía debería acompañar permanentemente al primer camino de la activación
directa y de la purificación de los chakras, pero al mismo tiempo es en si
misma una posibilidad independiente de armonizar nuestro sistema energético
interno y liberarlo de bloqueos.
Esta vía es la actitud interior de
la aceptación incondicional, que lleva a una distensión completa. Distensión supone
lo opuesto, el remedio contra la tensión, contra la contracción, y contra el
bloqueo. Mientras rechacemos consciente o inconscientemente cualquier ámbito de
nosotros mismos, mientras nos enjuiciemos a nosotros mismos, y, por ende,
condenemos y rechacemos partes de nosotros mismos, se mantendrá una tensión que
impide la distensión completa y, por lo tanto, la disolución de los bloqueos.
Todos nos hemos encontrado más de
una vez con personas que dicen que no pueden relajarse. Esas personas necesitan
permanentemente distracción o actividad, incluso en su tiempo libre o en
vacaciones, y cuando alguna vez no hacen nada siempre queda el diálogo
interior. Tan pronto como alcanzan la paz externamente sienten una
intranquilidad interior. En estas personas el mecanismo de autocuración es tan
activo que los bloqueos comienzan a disolverse de inmediato tan pronto como se
instaura algo de tranquilidad en el sistema energético. Sin embargo, como las
personas afectadas no comprenden este mecanismo, huyen una y otra vez a la
actividad, reprimiendo así el procesamiento y la depuración de las energías
bloqueadas.
Otras personas se encapsulan en su
cuerpo mental para eludir la confrontación con los contenidos en su cuerpo
emocional. Para estas personas, todas las vivencias transcurren a través del
entendimiento. Analizan, interpretan y categorizan, pero nunca se meten en una
experiencia con todo su ser.
También a veces nos encontramos con
personas que han intentado forzar la apertura de los chakras practicando de
forma desproporcionada y sin ser guiados por nadie, por ejemplo, determinados
ejercicios de Kundalini yoga, y acaban inundados de los contenidos
inconscientes del chakra correspondiente. Del intento de rechazar estos
contenidos pueden surgir a veces bloqueos más profundos. Tampoco es raro que
suceda que alguien que ha iniciado un camino espiritual solo active sus chakras
superiores y mantenga inconscientemente los bloqueos de los chakras inferiores,
puesto que no quiere identificarse con los contenidos que se liberan. Una
persona de éstas puede ser que tenga acceso a maravillosas vivencias
procedentes de los ámbitos de sus chakras superiores, y, sin embargo, puede
sentir profundamente en su interior una carencia o un vacío. La alegría
incondicional, el sentimiento de alegría vital completa y de seguridad en la
vida sólo pueden surgir si todos los chakras están uniformemente abiertos y sus
frecuencias vibran en el plano más alto posible.
No obstante, la actitud de
aceptación incondicional exige mucha honradez y valor. Honradez significa en
este contexto la disposición de vernos con todas nuestras debilidades y
negatividad, y no tal como nos gustaría vernos. Valor es la disposición de
aceptar lo observado. Es el valor de decir sí a todo sin excluir nada.
Hemos asumido en nosotros los
juicios de nuestros padres para asegurarnos su amor Hemos reprimido
determinadas emociones y deseos nuestros para satisfacer las expectativas de la
sociedad, de un grupo o de una imagen de nosotros mismos. Abandonar esto
significa orientarnos interiormente y de forma absoluta hacia nosotros y perder
el amor y el reconocimiento de los demás. Pero es únicamente el acto del
rechazo, de la negación, el que permite que las energías nuestras adopten
manifestaciones negativas. Las emociones reprimidas solo se convierten en
«malas» porque las rechazamos, en lugar de afrontarlas con amor y comprensión.
Cuanto más violentamente sean rechazadas, tanto «peores» y mortificantes serán,
hasta que en algún momento las liberemos de su cárcel mediante nuestro amor.
Detrás de todo estímulo sentimental
está, en último término, el ansia de reconquistar el estado original
paradisíaco de la unidad. Sin embargo, tan pronto como nos adaptamos a la
visión predominante del mundo y sólo aceptamos como real el plano externo de la
realidad que puede percibirse a través de nuestros sentidos físicos y de la
comprensión racional, este deseo de comunión, de unificación con la vida, se
convierte en una voluntad de poseer. Nuestra ansia de poseer una persona, una
posición, amor y reconocimiento y bienes materiales, sin embargo, se ve
decepcionada una y otra vez, o a la larga no se satisface según lo esperado,
puesto que tal satisfacción solo puede alcanzarse mediante una unión interior.
Por miedo a una nueva decepción
reprimimos nuestras energías: nuestro sistema energético se bloquea. Las
energías que afluyen posteriormente son distorsionadas por el bloqueo y se
manifiestan como emociones negativas, que a su vez tratamos, una vez más, de
reprimir y retener para no perder la simpatía de nuestros congéneres.
Podemos interrumpir este círculo si
dedicamos toda nuestra atención a nuestras emociones. En ese mismo momento
comienzan a transformarse, pues, finalmente, reconocemos que son sencillamente
energías que han surgido del ansia de unidad, y que fueron bloqueadas en su
manifestación original. Ahora se convierten en una fuerza que nos ayuda a
continuar en el camino hacia la totalidad.
Existe una analogía sencilla que
puede aclarar estas relaciones. Si tienes miedo de una persona y la rehuyes,
nunca la conocerás en todo su ser al completo. Si, por el contrario, le dedicas
tu atención y le haces sentir tu incondicional amor, irá abriéndose a ti
paulatinamente. Conocerás que tras sus comportamientos negativos, que tú has
condenado, no hay otra cosa que el ansia de satisfacción decepcionada. Tu
comprensión le ayudará a recorrer el camino hacia una satisfacción real. En
esta analogía, a tus emociones le ocurren lo mismo que a esa persona.
La actitud escrita de la aceptación
sin prejuicios se corresponde con la postura de nuestro yo superior. Al
asumirla conscientemente para nosotros, nos abrimos al plano de vibraciones del
guía interior que hay en nosotros y le encomendamos la misión de guiarnos a una
existencia sana e integral completa.
Él yo superior es esa parte del alma
que nos une con la existencia divina. Es ilimitado en el espacio y en el
tiempo. Por ello tiene acceso en todo momento al conocimiento integral que
afecta tanto a la vida en el universo como a nuestra vida personal. Si nos
confiamos a su guía, nos conducirá por la vía más recta y directa hacia la
unidad interior, y los bloqueos existentes en nuestro sistema energético se
disolverán de la forma más suave posible.
Si comprendemos estas relaciones,
podremos hacer que las formas de terapia descritas en este libro tengan una
efectividad óptima. Admite siempre todas las experiencias que aparecen durante
la realización de una terapia, incluso (y más si cabe) cuando aparecen en un
momento desagradable o negativo; dedícales tu atención neutral y tu amor y
entrégales interiormente la fuerza curativa de tu yo superior.
Existen formas de meditación que
pueden ayudarte a practicar esta actitud de la aceptación, a disolver bloqueos
y a admitir las energías autocurativas de tu yo superior. Una de estas técnicas
de meditación, que podemos recomendarte por experiencia propia, es la
meditación trascendental, también conocida por su abreviatura MT. Aquí la
conciencia es guiada sin ningún esfuerzo o concentración de ningún tipo por la vía
más directa hacia la experiencia del ser puro. Este proceso se ve acompañado de
una relajación creciente en el que se disuelven por sí solas las energías
bloqueadas. Los pensamientos y emociones liberados no son rechazados, sino
sustituidos continuamente por la experiencia de la relajación y la alegría
crecientes. Con esta meditación tienes en tus manos un instrumento maravilloso
y altamente eficaz que, utilizado correctamente, representa por si mismo una
vía para activar tus chakras de forma armónica, para purificar tu sistema
energético de todo bloqueo y para explorar todo tu potencial intelectual y
anímico. Sin embargo, esta forma de meditación sólo puede aprenderse a través
de un maestro cualificado.
También hay otras formas de
meditación que pueden ayudarte en tu camino. Ten solamente en cuenta que, en la
meditación que elijas, tus pensamientos y sentimientos no sean enjuiciados y
rechazados, sino integrados como parte del necesario proceso de depuración.
Incluso en las formas más eficaces y naturales de meditación puede suceder que,
debido al hábito, se cuele siempre algún juicio. Hasta las experiencias que
resultan de la disolución de los bloqueos a menudo pueden reprimirse
inconscientemente, puesto que se han sentido como desagradables. Esto puede hacer
perder la imparcialidad, y la eficacia de la meditación se resentirá. Un
maestro con experiencia puede ayudarte a encontrar de nuevo la experiencia
original de la meditación.
Tan pronto como hayas aprendido a
amarte y a aceptarte enteramente, tal como eres, irradiarás estas vibraciones a
través de tu aura, y atraerás las experiencias y vivencias correspondientes en
el mundo exterior. Esto significa que sólo entonces ganarás realmente el amor y
el reconocimiento de los demás, cuya pérdida tal vez habías temido
anteriormente. Comienzan a valorarte tal como eres en tu auténtica esencia, y
te admiran por tu auténtico valor de ser tú mismo. El amor y la comunión
auténticas sólo son posibles bajo esta premisa.
Queremos mencionar un último punto
en relación con el tema de este capitulo. En tu camino hacia una evolución
integral puede haber fases en las que tus chakras estén relativamente muy
abiertos sin que hayas disuelto por ello todos los bloqueos. Entonces eres muy
sensible a las energías que entran en el ámbito de tu aura, pero aún no
irradias tanta energía luminosa como para atraer solo energías provechosas para
poder neutralizar energías negativas en tu entorno.
Si permaneces ahora en una atmósfera
tensa en la que predominen las vibraciones de insatisfacción, hostilidad o
agresividad, tus chakras pueden cargarse con energías negativas, o contraerse
para protegerse de esos influjos. En ambos casos la consecuencia es una
subalimentación de energía vital positiva.
Tan pronto como los campos
energéticos de dos personas se tocan o se solapan se produce un intercambio
inmediato y un influenciamiento mutuo de las energías. Inconscientemente
percibimos al otro de forma energética, tanto si queremos como si no. Cuando
una persona nos resulta simpática o antipática espontáneamente, en gran parte
se debe a las vibraciones energéticas que experimentamos en su aura. Si
sentimos miedo, insatisfacción o ira, estas vibraciones no sólo influyen en la
imagen que tenemos de ella, sino también en nuestro propio sistema energético.
Cuando, sin razón aparente, te sientes tenso o incómodo en presencia de una
persona; e incluso tienes la sensación de que todo se contrae dentro de ti, la
razón está en la irradiación de su aura. Si, por el contrario, en el aura de
una persona sientes alegría, amor y serenidad, en su presencia te sentirás
particularmente bien, aun cuando no intercambies palabra alguna con ella. En un
grupo de personas que se han reunido para un fin determinado, el aura colectiva
que surge puede ejercer un efecto tan intenso que todos los miembros del grupo
sean alcanzados por ella. Baste pensar en el ambiente contagioso que se produce
con tanta frecuencia entre los espectadores de un partido de fútbol.
Por otro lado, cuando un grupo se
reúne para la devoción o la meditación común, el individuo puede elevarse hasta
planos de conciencia muy superiores de los que corresponden a su estado normal
de evolución.
También los lugares tienen su propia
irradiación, puesto que la materia puede almacenar vibraciones. Esto ocurre muy
especialmente en los espacios cerrados.
Creemos que al tratar con niños
pequeños es particularmente importante comprender estas relaciones. El sistema
energético de estos pequeños seres aún no es completamente sensible a todo tipo
de vibraciones energéticas. Reacciona de forma particularmente sensible a todo
pensamiento amoroso y a cualquier sentimiento de alegría, pero también a las
agresiones o las riñas y a la agresividad de su entorno. Aquí la cercanía
corporal a uno de los progenitores o a una persona de referencia con quien esté
familiarizado representa una valiosa protección: por ejemplo, cuando el niño se
expone a vibraciones ajenas al salir de compras. EL aura del adulto actúa como
un parachoques que capta y absorbe las vibraciones. Por esta razón, es mejor
llevar a un niño de la mano que dejarlo en un cochecito de bebé.
Nosotros los adultos también podemos
contribuir mucho a que nuestros propios chakras y los chakras de nuestros hijos
permanezcan distendidos y abiertos. Cuando nosotros atraemos fundamentalmente
aquellas vibraciones y situaciones que se corresponden con nuestra propia
radiación energética, también poseemos un cierto espacio de actuación para
configurar conscientemente nuestra vida en el aspecto exterior. Por ejemplo,
podemos participar en actividades en las que se genere una atmósfera de alegría
y amor, podemos visitar lugares que irradien una energía positiva y elevadora,
e incluso podemos crear el encantamiento de un lugar semejante en nuestra
propia casa. Los colores estimulantes, las flores, los aromas y la música
relajante contribuyen mucho a conseguir una atmósfera armónica y favorecedora
de la vida. Al elegir el programa de televisión, las conversaciones y las
actividades que desarrollamos entre nuestras cuatro paredes, podemos poner unos
acentos determinados y crear una atmósfera en la que el sistema energético de
todas las personas que se encuentran entre ellas se recuperen de las
influencias negativas y se relajen.
También en el plano interno puedes
hacer algo para protegerte especialmente de las influenciadas indeseadas
provenientes del entorno. Te recomendamos que pongas una especial atención en
la terapia para abrir el chakra del corazón, puesto que el amor que irradia
hacia afuera es capaz de neutralizar o de transformar todas las vibraciones
negativas. Aquí hay un desafío especial para desarrollar tu amor conjuntamente
con otras facultades.
Además, al desarrollar tu chakra del
corazón irás conociendo y valorando más cada vez los lados positivos de otras
personas, y automáticamente dejarás entrar en ti sólo esas vibraciones.
Mediante tu valoración, estas cualidades se potenciarán y activarán al mismo
tiempo en tu oponente. Así, cada encuentro puede convertirse en un
enriquecimiento para ambas partes.
Una irradiación activa hacia el
exterior representa en todos los casos una buena protección. Tan pronto como
hayas aprendido a aceptarte como eres e irradies abiertamente tus energías, las
vibraciones negativas exteriores no podrán penetrar en la corona de rayos
surgida de ti. Aun cuando permanezcas interiormente relajado y completamente
sereno, las tensiones de la atmósfera no encontrarán ningún eco en ti y no
podrán asentarse en tu interior o influirte negativamente.
Naturalmente, somos conscientes de
que estas capacidades presuponen una evolución realmente avanzada. Por eso
queremos mencionarte algunas posibilidades sencillas más con las que podrás
protegerte de las influencias indeseadas y mantener alejadas las energías
negativas.
Cuando quieras protegerte en una
situación o intensificar tu propia influencia, imagínate que introduces luz en
tu cuerpo a través de tu chakra coronal, y deja mentalmente que esa luz vuelva
a irradiar desde tu chakra del plexo solar, envolviendo a tu cuerpo en un mando
protector luminoso que disolverá todas las influencias oscuras. También puedes
imaginarte la radiación luminosa procedente del chakra del plexo solar como si
fuera una ducha o un foco o un proyector que elimina a su paso todas las
vibraciones negativas.
Otra protección muy eficaz es la que
ofrecen los aceites esenciales; que deberías aplicar directamente sobre los
chakras. Llenan tu aura de una irradiación pura y neutralizan tensiones e
influencias no armónicas, que provienen del exterior hasta tu aura.*
Si llevas contigo un cristal de
roca, potenciará la calidad luminosa y la fuerza de irradiación protectora de
tu aura. Su efecto se complementa muy bien con la influencia de los aceites
esenciales.
También la ropa interior de seda
supone una protección energética, y es especialmente recomendable para los
bebés y los niños pequeños. Si alguna vez te tensas demasiado debido a un susto
repentino, a un choque o a un enfado, queremos recomendarte una posibilidad muy
eficaz que te permitirá eliminar de inmediato las energías estancadas. Siéntate
con las piernas ligeramente extendidas y durante unos segundos tensa todos los
músculos tanto como te sea posible. Si estás solo, grita todo lo alto que
quieras; en caso contrario, limítate a expulsar el aire de tus pulmones con una
presión intensa. Repite este ejercicio hasta que te sientas mejor. Sirve para
disolver los bloqueos que han surgido porque tu sistema energético no pudo
procesar la repentina experiencia. Si te ha ido bien, a continuación puedes
estirarte intensamente, como haces después de un profundo y reparador sueño.
Resulta interesante que en algunas personas el fenómeno de la tensión muscular
aparece espontáneamente en la meditación, y precisamente en aquellas regiones
del cuerpo en las que quieren disolverse bloqueos. Éste es un claro signo de la
utilidad y efectividad de este ejercicio.
________
* A este
respecto, ver también pág. ¿???? (N. del T.)
Cómo
podemos detectar los chakras que tenemos bloqueados
COMO en este libro ofrecemos varias
posibilidades de armonizar y equilibrar tus chakras, naturalmente, primero
tiene gran interés saber si tus chakras están desequilibrados o bloqueados, y
cuáles de ellos lo están. Si no lo sabes, podrías armonizar todos los chakras
con las terapias posibles que se ofrecen, y nos gustaría recomendarte mucho
este método de tratamiento integral. Pero si, por ejemplo, has detectado que
hay dos chakras que son los que preferentemente necesitan una terapia, puedes
dedicarte predominantemente a esos dos centros energéticos.
Además, en el conocimiento de los
chakras disonantes se oculta una gran oportunidad para el autoconocimiento, que
puede abrirse plenamente a quien esté interesado. Aquí se trata siempre, en
primer lugar, de nosotros mismos, y solo en segundo lugar de los demás, a
quienes, naturalmente, podremos contar nuestras experiencias. Sin embargo, el
objetivo no consiste en convertir a otros, sino en conocerse y salvarse a sí
mismo, para después poder conducir amorosamente a los demás por el mismo camino
del autoconocimiento.
Para el diagnóstico de los chakras
se nos ofrecen varias posibilidades distintas. Conque utilices una de esas
oportunidades te resultará perfectamente suficiente para efectuar un
autodiagnóstico o diagnóstico ajeno efectivo del sistema de chakras.
1) En este libro, al describir cada
uno de los chakras, damos características claras para su reconocimiento, en las
que puedes medir cuáles de tus chakras se encuentran disonantes, armonizados o
funcionando defectuosamente. Con ayuda de estos criterios, cualquiera puede conocer
sus zonas problemáticas rápidamente. Hemos intentado exponer de forma muy
clara, a veces incluso en forma exagerada, las repercusiones que tiene una
disfunción de los chakras, para aclarar determinadas tendencias de forma rápida
e inequívoca. Al leer los textos correspondientes, deberías considerar también
que no todas las repercusiones descritas se aplican a cualquier persona. Sin
embargo, podría pasar que te sientas muy afectado con determinados pasajes del
texto o que sientas que no te afectan en absoluto. No es ése nuestro objetivo.
Sin embargo, queremos conseguir que te reconozcas clara e inequívocamente, y
que cuando algunas de las descripciones sean acertadas en tu caso concreto, te
hagan sentirte involucrado. Te rogamos que no valores esto como un reproche
nuestro dirigido contra ti, pues no es nuestro objetivo herirte, sino ayudarte
a conseguir el conocimiento. Sin embargo, el autoconocimiento no es siempre
agradable; también alguna vez deben iluminarse nuestros lados sombríos, puesto
que sólo así pueden ser liberados. De forma que esta vía para el conocimiento
merecerá la pena, sin lugar a dudas, puesto que al mismo tiempo pone en tus
manos toda un serie de posibilidades para el autotratamiento de los chakras y
la autoarmonización de los mismos.
2) Otra posibilidad de analizar
nuestro sistema de chakras consiste en observar atentamente qué chakras
reaccionan de forma llamativa en situaciones de estrés o choque extraordinario.
Podría ser que, en determinadas situaciones vitales difíciles, siempre te
asaltaran las mismas dolencias: por ejemplo, Si el chakra radical se encuentra
hipofuncionando, en una fuerte situación de esfuerzo puedes tener la sensación
de «perder pie», e incluso puede darte diarrea. En caso de hiperfunción del
primer chakra, será fácil que te asalten la ira y los arrebatos agresivos. Si
en tu segundo chakra existe un funcionamiento carencial, ante tensiones
extraordinarias se produce un bloqueo de los sentimientos; con una función
exagerada, con toda probabilidad romperás a llorar o reaccionarás con una
emocionalidad incontrolada. En caso de hipofunción en el tercer chakra, ante
grandes esfuerzos se instaurará un sentimiento de impotencia, una sensación de
incapacidad, o una incómoda sensación en el estómago o un nerviosismo empedernido.
Una sobrecarga en este chakra está caracterizada por la excitabilidad nerviosa
y por el intento de controlar la situación mediante la hiperactividad .Si
tienes la sensación de que «el corazón se te para», hay que achacarlo a una
hipofunción del chakra coronal. Cuando ante el estrés te palpita el corazón, es
un indicativo de una disfunción generalizada del cuarto chakra. En caso de
hipofunción del chakra del cuello, se te hace un nudo en la garganta,
probablemente empezarás a tartamudear o la cabeza te temblará por todas partes;
en caso de una hiperfunción disonante, tratarás de tomar la situación con
firmeza mediante una avalancha de palabras nada maduradas. Si en situaciones de
estrés o choque no puedes tener claras las ideas, significa una hipofunción del
chakra frontal y una sobrecarga se expresaría a menudo con dolores de cabeza.
Tal tipo de reacciones siempre se
presentan solo en los puntos débiles de nuestro sistema energético. Una
observación interesante puede abrirnos los ojos en estos casos.
3) Ahora podemos seguir sirviéndonos
del lenguaje corporal. Por primera vez es posible determinar, por la forma
externa y por las cualidades externas del cuerpo de una persona, si alguna zona
se encuentra energéticamente en disonancia. A fin de cuentas, nuestro cuerpo es
una perfecta imagen especular de las estructuras energéticas no materiales.
Siempre que se produzcan anormalidades corporales, ya sean espasmos,
hinchazones, tensiones, debilidades o similares, podemos asignarlas al chakra
correspondiente en función del lugar donde se producen. Todos nosotros
conocemos las diferencias de las apariencias corporales de las que nos podemos
servir para formarnos una clara imagen de la persona concreta; a menudo,
espontáneamente y sin reflexionar. Con frecuencia, esta imagen puede
transferirse con facilidad a los chakras. Así, encontramos personas que
evidentemente tienen toda su energía orientada hacia arriba, y que en la zona
inferior del cuerpo tienen características absolutamente débiles. En otras se
presenta exactamente lo contrario; e igualmente hay otras que parecen estar
compuestas únicamente por puntos débiles o por puntos fuertes. Obsérvate a ti
mismo alguna vez, conscientemente, en el espejo o en fotografías. La voz es con
frecuencia un importante criterio para enjuiciar el estado del chakra del
cuello. El libro Conciencia corporal * es una muy buena exposición de estas
relaciones.
Si además tienes en cuenta las
debilidades orgánicas o incluso los síntomas de enfermedad, tienes uno de los
puntos de referencia más transparente sobre cuál es la zona del sistema de
chakras donde existen deficiencias, para aplicar efectivamente la terapia. En
los capítulos dedicados de este libro a los chakras hemos relacionado los
órganos y partes del cuerpo que se corresponden con cada uno de los chakras
dentro del aparato «Correspondencias corporales».
Con ayuda de esta relación puedes
consultar sin ambigüedades qué chakra se ve afectado con determinados
trastornos orgánicos y necesita curación. Esto te permitirá aplicar
voluntariamente las medidas que adoptes.
4) Como cuarta posibilidad,
quisiéramos poner en tu mano una prueba especial con la que trabajan muchos
terapeutas, además de un gran número de legos. Para ella se necesitan, en
general, dos personas, colocadas frente a frente. Se trata de una prueba
kinesiológica**, que fue desarrollada en el curso del método Touch for Health
(«Tocar para la salud»).
En la práctica, procede de la
siguiente forma: coloca la mano derecha sobre un chakra y simultáneamente
extiende lateralmente el brazo izquierdo formando ángulo recto con el cuerpo.
La otra persona que hace la prueba contigo da la orden de «oponer resistencia»,
y mientras tú intentas mantener tu brazo en la posición indicada, ella intenta
empujar el brazo hacia abajo, ejerciendo la presión aproximadamente a la altura
de la muñeca. Si el chakra está armonizado y equilibrado en su funcionamiento,
el brazo extendido ofrece una clara e intensa resistencia; si, por el
contrario, el chakra que se somete a la prueba está bloqueado, puede notarse
con facilidad que el brazo no opone esta resistencia, y la persona que efectúa
la prueba podrá empujarlo hacia abajo con muy poca fuerza (ver figura)
* Körperbewußtsein
(«Conciencia corporal»), de Ken Dychtwald, Editorial Synthesis-Verlag, Essen,
1981.
** Der Korper Iugt
nicht («El cuerpo no miente»), del doctor John Diamond, Editorial Verlag fur
angewandte Kinesiologie, Friburgo, 1983.
Prueba
muscular kinesiológica.
Mediante este método de prueba
podemos recorrer los siete chakras, desde el chakra radical hasta el chakra
coronal; lo que nos permite obtener una clara imagen del estado energético de
los chakras, Cuando hay trastornos en el chakra, en la prueba el brazo
reacciona siempre con debilidad. Posteriormente podemos repetir esta misma
prueba para constatar la existencia de cambios. Con un sistema de chakras sin
trastornos, la prueba del brazo debería dar las siete veces el resultado
«fuerte»: es decir, el brazo empujado hacia abajo debe ofrecer resistencia sensible
las siete veces. Puedes hacer una breve pausa entre las pruebas de los
diferentes chakras para prevenir eventuales fenómenos de fatiga del brazo.
Las mediciones efectuadas con un
kinesiómetro especial han arrojado el resultado de que en una prueba semejante
se resiste de aproximadamente una presión de 20 kilogramos, si el resultado de
la prueba es «fuerte»; en caso contrario, el brazo dejará de ofrecer
resistencia con aproximadamente 8 kilogramos de presión. Naturalmente, hay que
tener en cuenta la constitución física individual de la persona sujeto de la
prueba. No obstante, la diferencia entre «fuerte» y «débil» será percibida
claramente tanto por la persona que efectúa la prueba como por el sujeto de la
misma.
Otra variante de esta prueba
consiste en mantener presionados el pulgar contra el dedo índice de la mano
derecha, y con la mano izquierda cubrir el chakra objeto de la prueba. Nuestro
compañero en la prueba intentará, cuando se dé la orden pertinente, separar los
dedos que mantenemos firmemente apretados uno contra otro. Si los dedos ofrecen
una gran resistencia, el chakra sometido a la prueba se encuentra en buen
estado- si, por el contrario, la resistencia es reducida, el chakra objeto de
la prueba está trastornado y necesita terapia.
Sin embargo, con mucha frecuencia
hemos encontrado personas que efectúan esta prueba consigo mismas. Para hacerlo
presionan el dedo índice contra el dedo pulgar de una mano, é intentan
separarlos con el dedo pulgar y el dedo índice de la otra. Al hacerlo se concentran
mentalmente en un chakra determinado. También aquí se muestra claramente
mediante la sensación de «debilidad» o «fortaleza», qué chakra se encuentra
trastornado. Si los dedos que se mantienen presionados uno contra otro pueden
ser soltados por la otra mano («débil»), el chakra objeto de la prueba está
trastornado. Si los dedos se mantienen firmemente unidos («fuerte»), el chakra
está en buen estado. Es cierto que para estas pruebas quinesiológicas
necesitamos un poco de práctica si queremos alcanzar resultados seguros. Sin
embargo, este método funciona excelentemente, y nos sirve para reconocer bien
en cuál de los chakras deberíamos trabajar para armonizarlo.
5) Vamos a denominar «visión
interna» a otra posibilidad de la que disponemos para enjuiciar nuestros
chakras. Para muchas personas es la forma más sencilla y rápida de entrar en
contacto con su sistema energético.
Para ello nos adentramos durante
algunos minutos en un estado meditativo de silencio e intentamos formarnos una
idea del estado de cada uno de los chakras mediante nuestros «ojos interiores».
Al hacerlo, recorremos sistemática y lentamente los chakras, desde abajo hasta
arriba. Muchas personas pueden reconocer claramente el estado de sus chakras
basándose en los cambios cromáticos. (Las correspondencias cromáticas
respectivas las encontrarás en las descripciones de cada uno de los chakras de
este libro. Cualquier desviación que se perciba debe entenderse como un
síntoma). Otras personas tienden a ver formas. Si éste es tu caso, fíjate en si
son redondas y presentan un equilibrio armónico, o si tienen invaginaciones o
muestran otro tipo de variaciones. Y a su vez hay otras personas que reconocen
el estado armónico o inarmónico de los chakras por su tamaño y poder de
irradiación. Con frecuencia se percibe una combinación de estos diferentes
elementos. Todas estas posibilidades y criterios de valoración se basan, sin
embargo, en una cierta autoexperiencia, y necesitan ser entrenados a menudo, si
queremos llegar a resultados inequívocos y claros.
6) Cada vez son más las personas
capaces de palpar con las manos la situación energética de los chakras. Para
definir esto se utiliza con frecuencia el concepto de «clarividencia táctil».
Se siente una cierta resistencia cuando se impacta con la envoltura energética
de tu propio cuerpo etérico, en las que se asientan los chakras, o con la
envoltura energética de otra persona. Esta resistencia se siente de forma
similar a lo que ocurre al moverse dentro del agua. Es posible que puedas
detectar ciertas rugosidades, agujeros o excrecencias. Podemos practicarla
acercando lentamente las manos a nuestro propio cuerpo, al cuerpo de otra
persona o incluso a animales y plantas, y tratando de percibir sensorialmente
los cambios que se operan. También en este caso la experiencia nacida de la
propia aplicación frecuente de la técnica es imprescindible para una
adivinación clara. Seria recomendable un taller a este respecto.
7) El camino más directo bien
podríamos considerar que es «aurividencia», aun cuando solo un número
relativamente pequeño de personas posea este don. Mediante esta facultad el
«vidente» tiene acceso directo a las situaciones energéticas y procesos que se
consuman en él mismo y en las demás personas. Es posible conocer y valorar
tanto las referencias anímicopsíquicas como las intelectuales, o incluso las
corporales. Si cuentas con la bendición de estas facultades mediales, es de
gran importancia interpretar de forma correcta lo observado y para ello se
necesita mucho entrenamiento, experiencia y don de observación. A este respecto
también hay algo de bibliografía y seminarios adecuados.
Si no estás completamente seguro de
si dispones o no de estas facultades, puedes hacer las siguientes pruebas:
siéntate en una estancia completamente a oscuras, por ejemplo, en un sótano,
una sauna o incluso en un armario escobero, donde no penetre la más mínima luz.
(Bodo hizo sus primeros intentos en un búnker antinuclear.) Permanece en él en
silencio varios minutos. Como objetos para la prueba, al principio son suficientes
algunas puntas de cristal de roca colocadas a cierta distancia o sostenidas en
las manos. Si estás en condiciones de percibir ciertas radiaciones energéticas
sutiles en las puntas de los cristales de roca, sobre todo cuando se mueven con
movimiento de vaivén, es un indicativo de una tendencia a la clarividencia. No
cedas a la primera, puesto que a veces esta facultad debe entrenarse algo. Ante
todo, este ejercicio debe efectuarse totalmente libre de estrés. Si deseas
detectar el cuerpo energético alrededor de una persona, debe preferirse un
fondo predominantemente negro, ante el cual se sienta o permanezca de pie la
persona sujeto de la prueba. Desde algunos metros de distancia mira en
dirección a la persona, o mejor a través de ella, puesto que allí es donde se
encuentra la corona energética, el aura. Los mejores resultados los obtendremos
en un cierto estado meditativo. Tómate tu tiempo para ello. Presumiblemente, en
este ejercicio detectarás primero el cuerpo etérico, que envuelve al cuerpo físico
como una envoltura energética radiante. Con algo de práctica podrás distinguir
también los colores y formas del cuerpo emocional. No esperes ninguna imagen
cromática fija ni rígida, puesto que las energías no materiales están en
continuo movimiento y tienen cualidades de brillo intenso predominantemente
traslúcidas. Básicamente, puede decirse que los colores y formas armónicos en
esta imagen energética permiten concluir la existencia de una persona armónica;
las coloraciones poco nítidas y las formas poco definidas apuntan a ámbitos
problemáticos de esa persona.
Si quieres intentar detectar tu
propia aura, puedes colocarte frente a un espejo de pared y efectuar los
estudios correspondientes. A la mayoría de las personas les resulta más fácil
lograrlo mirando primeramente la radiación energética de otra persona.
Además, existen gafas especiales
para auras, que tienen vidrios de color violeta oscuro con una envoltura que
las hace herméticas y opacas alrededor. Estas gafas deben calificarse como
medios auxiliares; no abren automáticamente a todos los usuarios el acceso a
los planos no materiales, pero nos pueden ayudar realmente a ascender a ellos.
Nosotros mismos hemos hecho muy buenas experiencias con ellas, sobre todo al
aire libre.
Cada vez hay más personas- que están
en condiciones de juzgar y evaluar el cuerpo energético, y en particular el
sistema de los chakras de otras personas, incluso a grandes distancias, de
varios cientos o incluso miles de kilómetros. En general, esto se realiza a
través de una foto del consultante, o también mediante el teléfono. A muchos
puede que esta posibilidad le suene un tanto increíble, pero nosotros mismos la
hemos experimentado con frecuencia y hemos podido observarla algunas veces.
Si te causa problemas reconocer o comprender
tales fenómenos extraordinarios, piensa todo lo que es posible hoy, por
ejemplo, gracias a la radio y la televisión. También aquí las imágenes y los
sonidos son enviados y captados invisiblemente a través del éter en forma de
ondas. Casi todos nuestros desarrollos técnicos ya existían anteriormente como
fenómenos naturales, al igual que la transmisión sin cables
Y, como es natural, queda a tu libre
albedrío el rechazar los métodos y posibilidades que estimes difíciles para ti,
ya que anteriormente hemos mostrado toda una serie de posibilidades de análisis
diferentes referidos a los chakras.
8) Otro camino para detectar el
funcionamiento de los chakras de otra persona es la capacidad medial de
percibir en los chakras propios exactamente lo que nuestro consultante
experimenta y siente. Para ello, el terapeuta primero entra en resonancia con
el cuerpo energético del paciente. Conocemos algunos terapeutas que trabajan
así y elaboran diagnósticos claros. Sin embargo, no pocos de ellos se sienten
mal después de la consulta, padeciendo el mismo síntoma que el consultante.
Opinamos que debería darse preferencia a otros procedimientos.
9) En algunos textos tradicionales
asiáticos se mencionan diferentes características de un fundamento dominante de
chakras concretos. A este respecto es particularmente interesante el análisis
de nuestros hábitos de sueño.
Cuando una persona vive, sobre todo,
a través de su primer chakra, en general tendrá unas necesidades de sueño
bastante grandes, comprendidas entre 10 y 12 horas, y preferirá dormir boca
abajo. Las personas que necesitan aproximadamente de 8 a 10 horas de sueño, y
preferentemente duermen en posición fetal, viven predominantemente a través del
segundo chakra Cuando la vida está configurada ante todo por el tercer chakra
se duerme preferentemente boca arriba, y las necesidades naturales de sueño
oscilan entre 7 y 8 horas. Un hombre cuyo cuarto chakra está ampliamente
desarrollado yace habitualmente sobre el lado izquierdo, y necesita
aproximadamente 5 o 6 horas de sueño por noche. Si el quinto chakra está
abierto y es el que marca la pauta, sólo se duerme de 4 a 5 horas por noche,
alternando entre la posición lateral derecha o izquierda. Cuando en una persona
el sexto chakra está abierto, activo y es dominante, sólo pasará
aproximadamente 4 horas entre el sueño y la vigilia. El sueño vigilante es un
estado en el que la consciencia interior se mantiene mientras el cuerpo duerme.
Esta forma de descanso es la que cabe esperar con un séptimo chakra abierto y
dominante. El plenamente iluminado, por lo tanto, no duerme en el sentido
habitual del término; en cualquier caso, si concede a su cuerpo una fase de
reposo.
De forma que, a través de estas
características, estamos en condiciones de verificar el funcionamiento de
nuestros chakras.
Junto a las posibilidades que se han
mostrado hay algunos otros medios de ayuda técnicos procedentes del sector
paracientífico. Entre éstos, cabe mencionar el péndulo y la varita mágica, así
como la fotografía Kirlian, a los que recurren algunos terapeutas para efectuar
el análisis de los chakras. Entre las varitas mágicas, una de las más idóneas
es la denominada péndulo de zahorí, que también se denomina «biotensor»*.
Mediante este aparato puede conocerse con relativa facilidad el estado de los
chakras, al igual que con un péndulo: un chakra estable se manifestará por los
grandes círculos que produce en el péndulo o la varita, y un chakra alterado,
por círculos menores o incluso porque el péndulo o la varita quedan en reposo.
Naturalmente, aquí también es necesario practicar un poco para poder
diferenciar claramente los resultados.
_____
* Das groBe Biotensor Praxis-Buch
(«El gran libro de la práctica con el biotensor»), del profesor doctor Josef
Oberbach, Editorial Verlag Deutsche Bioplasma Forschung, Munich, 1983.
La fotografía Kirlian es un
procedimiento técnico especial que permite obtener fotografías de las
radiaciones energéticas, por ejemplo, de nuestro cuerpo, y representarlas en
colores. Recientemente se ha desarrollado a partir de este método una
posibilidad de diagnóstico realmente interesante. Actualmente despierta gran
interés el diagnóstico de puntos terminales energéticos del curandero Peter
Mandel**. Entretanto, un gran número de médicos y curanderos trabaja ya por medio
de este método de diagnóstico bioenergético.
En Japón se están utilizando ya
sofisticados sistemas electrónicos para llegar a los diagnósticos
correspondientes en el ámbito de lo no material. Pero dado que nosotros tenemos
más confianza en nuestras propias posibilidades interiores, solo mencionamos de
pasada estos medios auxiliares técnicos.
A fin de cuentas, conque uno solo de
los métodos aquí presentados para comprobar los chakras te sea de utilidad,
puede ser más que suficiente. A menudo es mejor dominar correctamente una cosa
que varias a medias. Así que te deseamos que puedas aplicar sensatamente estos
conocimientos.
_____
** Energetische
Tertninalpunktdiagnose («Diagnóstico energético de puntos terminales»), de
Peter Mandel, Editorial Synthesis Verlag, Essen, 1984.
Sexualidad
y chakras
LA
sexualidad humana es una forma de manifestación y un espejo del acto perpetuo
de la creación que se consuma ininterrumpidamente en todos los planos de la da
en el universo. Cuando en el instante de la creación surgió la multiplicidad a
partir de la unidad, el ser amorfo se dividió primeramente en dos formas
fundamentales de energía: una masculina fertilizadora y una fuerza femenina
engendradora. Ya hace algunos miles de años, los chinos dieron a estas fuerzas originales
la denominación de yin y yang. Del juego de estas energías surge la creación.
El yin femenino es fertilizado continuamente por la semilla masculina del yang
y engendra la vida en sus formas infinitamente variadas.
A nivel físico del hombre, este juego
de fuerzas se manifiesta como sexualidad. Mediante ella, el hombre está unido
en su totalidad con el perpetuo acto de la creación de la vida, y el éxtasis
que puede experimentar en ella refleja la bendición de la creación.
Las fuerzas del yin y el yang se
manifiestan en todo el universo como polaridad. Para poder existir, todo tiene
un polo opuesto. Cada uno de los polos sólo existe por el otro polo; si
desaparece una polaridad, tampoco existe la otra. Esta regla fundamental puede
aplicarse a todo. Por ejemplo, sólo podemos espirar si también inspiramos; si
dejamos uno de ellos, también se nos priva de lo otro; lo interior condiciona
lo exterior; el día condiciona la noche; la luz condiciona la sombra; el
nacimiento, la muerte; la mujer, el hombre, etc., siendo en todos los casos
ambas polaridades mutuamente intercambiables. Cada polo necesita complementarse
con un opuesto.
El yin y el yang simbolizan de forma
muy intuitiva el movimiento rítmico de toda la vida. El yin representa una cara
de la totalidad, la femenina, extensiva, intuitiva, pasiva e inconsciente; el
yang la masculina, concentradora, intelectual, activa y consciente. Sin
embargo, aquí no se incluye ninguna valoración en el sentido de «tener más
valor que el otro».
El
equilibrio existente en el universo que nos rodea es el resultado de las
relaciones entre las parejas contrarias. Como en este universo todo se
encuentra en un perpetuo flujo de movimiento, tanto el yin como el yang están
ya presentes en forma latente en el correspondiente polo opuesto. Esto se
simboliza mediante el punto blanco dentro del yin oscuro, y por el punto oscuro
dentro del yang blanco. Cada uno de ambos polos oculta en sí mismo en forma de
semilla el polo opuesto, y sólo es una cuestión de tiempo cuándo una de las
polaridades se transformará en la otra correspondiente. En algunos ámbitos,
esta inversión se consuma en fracciones de segundo, como, por ejemplo, en el
plano atómico. En el ser humano, este cambio de polaridad, de masculino a
femenino, o viceversa, sólo es posible a través de diversas encarnaciones. El
día y la noche necesitan en promedio doce horas para efectuar un cambio
semejante, y la inspiración y espiración sólo unos segundos.
Inversión
de las polaridades
Todas las cosas vienen y van, se mueven
y cambian debido al intercambio y a la interacción de estas dos fuerzas
fundamentales del universo. Pero solo ambos ciclos dan como resultado la unidad
completa.
También el amor y la sexualidad
obtienen su fundamento por esta ley regular. Dos polos pugnan por fusionarse en
la unidad, se atraen al igual que se atraen mutuamente entre sí los diferentes
polos de un imán. Si se produce una unión de las fuerzas contrarias, se
intercambian entre sí. La mujer y el hombre tienen polarización contraria en todos
sus rasgos fundamentales. Esta diferente polarización también existe en el
plano energético. En dondequiera que el hombre presenta un polo positivo, la
mujer está dotada con un polo negativo, y viceversa. Como ya se ha explicado en
el capítulo de introducción, este fenómeno también se produce en el sentido de
giro de los chakras (en la homosexualidad, por ejemplo, se presenta una
polarización energética opuesta a la norma). Así, entre la mujer y el hombre
existe una atracción y una complementación en todos los planos representados
por los chakras, que pueden conducir a una fusión intima completa. Para
alcanzarla, sin embargo, los chakras deben estar lo más libres posible de
bloqueos. En la unión sexual, el flujo energético a lo largo del canal principal,
del Sushumna, se excita e intensifica fuertemente. El flujo energético del
segundo chakra aumenta enormemente y, cuando no existen bloqueos en el sistema
de chakras, éste sobrante de energía carga todos los demás chakras. Aquí la
energía sexual, que representa una forma determinada de prana, se transforma en
las frecuencias de los chakras restantes. A partir de los chakras, y a través
de los nadis, irradia en el cuerpo físico y hacia el cuerpo energético, y los
llena de fuerza vital multiplicada. En el clímax de esta unión se produce una
violenta descarga mutua de energía a través de los siete chakras y una fusión
en todos los planos, representados por los chakras. Ambos miembros de la pareja
se sienten vivificados hasta lo más profundo de su ser y al mismo tiempo
totalmente relajados; sienten una unión íntima y un amor que va más allá de la
voluntad personal de poseer. La relación de pareja se consuma sin depender ya
de las cosas exteriores.
Una unión sexual tan satisfactoria
sólo puede vivirse en esta dimensión cuando los componentes de la pareja se
entregan mutuamente por completo y se liberan de toda angustia que podría
obstaculizar el libre flujo en el sistema energético. Basta con que un único
chakra esté bloqueado en uno de los componentes de la pareja para que la unión
no pueda experimentarse en toda su completitud. El chakra bloqueado provoca,
además, una alteración del flujo energético del mismo chakra en el compañero.
La mayoría de las personas sólo
viven la sexualidad a través del segundo chakra. En el hombre, asimismo, la
energía del chakra radical desempeña un papel dominante como fuerza instintiva
física. Sin embargo, si la sexualidad queda limitada al chakra inferior, se
convierte en una vivencia en general bastante unilateral, de la que ambos
compañeros salen básicamente debilitados e insatisfechos, y tienen la tendencia
a separarse rápidamente y seguir por su cuenta. Es como si, en un instrumento
de cuerda, sólo se trastearan dos cuerdas, pero nunca se consiguiera sacar toda
la gama de sonidos completa. Desde el punto de vista energético, en una
práctica sexual limitada de esta forma se consume efectivamente mucha energía,
puesto que se extraen energías de otros chakras y se transforman en energía
sexual, para después irradiarla a través del segundo chakra. Las energías se
ven imposibilitadas de tomar su camino natural hacia arriba e introducirse
simultáneamente en los siete chakras para llenarlos con energía vital
adicional.
El camino más natural para disolver
los bloqueos que impiden una unión sexual perfecta en todos los planos en un
intercambio de energías del chakra del corazón. Cuando ambos compañeros de la
pareja irradian el amor de su corazón libremente y sin miedos, se armoniza a
ojos vistas su propio sistema energético, al igual que el de la otra persona.
Los bloqueos provocados por la angustia se disuelven, y es posible un
intercambio en los planos de los siete chakras.
Aquí estriba la razón más profunda
de por qué la unión sexual se experimenta como muy satisfactoria cuando, además
de la atracción física, existe un sentimiento de profundo amor entre los
compañeros de la pareja. Se activan las frecuencias superiores y la sexualidad
se eleva más allá del estar juntos meramente corporal, hasta convertirse en una
unión espiritual.
Éste es el arte del tantra, enseñado
y practicado desde hace milenios. Aquí se llega a una vivencia orgásmica
ampliamente violenta que, en general, se considera posible. Una experiencia
semejante nos lleva de hecho a zonas de otra dimensión de vivencia y sentimiento.
Súbitamente somos conscientes de que las energías sexuales no están encerradas
en nuestros genitales. Existen en cada una de nuestras células, al igual que el
juego de las fuerzas femeninas y masculinas existe en todas las formas de
manifestación de la creación. La unión perfecta con una pareja amada nos lleva
a la experiencia de la unicidad interior con la vida que palpita en el
universo. Y en el instante del orgasmo, cuando la dualidad se suprime por un
momento, vivimos la unidad con el ser absoluto y amorfo, que constituye la base
permanente y el objetivo de las polaridades.
El Juego de la vida, dualidad y unidad
PRIMER
CHACRA
Chakra
Muladhara, también denominado chakra radical, chakra basal o centro coxal.
El
primer chakra se encuentra entre el ano y los genitales.
Está
unido con el hueso coxal y se abre hacia abajo.
El
primer chakra y sus correspondencias
Color:
Un primer chakra activo luce con color rojo fuego.
Elemento
correspondiente: Tierra.
Función
sensorial: Olfato.
Símbolo: Loto
de cuatro pétalos.
Principio
básico: Voluntad corporal para el ser (como
polo opuesto a la voluntad espiritual de ser en el séptimo chakra).
Correspondencias
corporales: Todo- lo sólido, como columna
vertebral, huesos, dientes y uñas; ano, recto, intestino grueso, próstata,
sangre y estructura celular.
Glándulas
correspondientes: Glándulas suprarrenales
Las glándulas suprarrenales producen
adrenalina y noradrenalina, que tienen la misión de adaptar la circulación
sanguínea a las necesidades concretas regulando la distribución sanguínea. De
esta forma el cuerpo está preparado para la acción y puede reaccionar de
inmediato a las exigencias planteadas. Además, las glándulas suprarrenales
tienen una influencia predominante sobre el equilibrio térmico del cuerpo.
Correspondencias
astrológicas:
Aries/Marte:
Reinicio, energía vital original, fuerza para imponerse, agresividad.
Tauro:
Vinculación con la tierra, perduración, posesión, goce sensorial.
Escorpio/Plutón:
Vínculo inconsciente, fuerza sexual, transformación y renovación.
Capricornio/Saturno:
Estructura, resistencia.
En el Ayurveda también se asigna al
chakra radical el Sol, como dador original de la vida.
Misión
y funcionamiento del primer chakra
El chakra radical nos une con el
mundo físico. Dirige las energías cósmicas en el plano corpóreo terrenal,
mientras simultáneamente la energía de la tierra fluye a través suyo hacia
dentro del sistema energético no material.
Aquí tomamos contacto con el
espíritu de la madre Tierra», experimentamos su fuerza elemental, su amor y su
paciencia.
Las necesidades fundamentales de la
vida y la supervivencia, tanto individuales como globales, en este planeta caen
dentro del ámbito de acción del primer chakra.
Él «si» a la vida en la tierra, a la
existencia física, y la disposición de actuar en armonía con la energía de la
Tierra y aprender de ella son dones de un primer chakra abierto.
Así el chakra radical está asignado
al elemento tierra, su color es el rojo de la energía y la actividad, del
núcleo más intimo de nuestro planeta. Nos da la seguridad terráquea y él «suelo
seguro» bajo los pies, sobre el que podemos construir nuestra vida, y
simultáneamente nos provee de la energía necesaria para la actividad creadora
en el mundo. Además, nos proporciona la fuerza para imponernos y la constancia
o perseverancia.
La construcción de una existencia,
el aseguramiento material y la «conservación de la propia especie» mediante la
fundación de una familia también entran dentro del ámbito de acción del primer
chakra, al igual que la sexualidad como función corporal y como medio para la
procreación.
El chakra radical forma el
fundamento más importante de la vida y la fuente de la energía vital para los
chakras superiores. Aquí estamos unidos con la reserva de energía inagotable de
la energía Kundalini. En él arrancan también los tres canales principales,
Sushumna, Ida y Pingala. A semejanza de nuestro corazón en el cuerpo físico, el
chakra basal es el punto central de nuestro sistema de circulación de la
energía no material. Además, es donde se asienta el subconsciente colectivo, a
cuyo conocimiento memorizado tenemos acceso aquí. Debería estar compensado con
el séptimo chakra, para mantener el equilibrio interior del hombre.
Funcionamiento
armónico
Cuando tu chakra radical está
abierto y funciona armónicamente, experimentas una profunda y personal unión
con la Tierra y sus criaturas, una fuerza vital no enturbiada, un estar basado
en ti mismo y en la vida, la satisfacción, la estabilidad y la fortaleza
interior. Te sientes inmerso en el ciclo natural de la vida, en la alternancia
del reposo y la actividad, de la muerte y del nuevo nacimiento. Tus acciones
son llevadas por el deseo de participar creativamente en la configuración de la
vida en tu planeta madre, en consonancia con la fuerza generadora de la tierra,
con la vida en la naturaleza. Te resulta fácil realizar tus objetivos en el
mundo. Tu vida es llevada por una imperturbable confianza original. Vives la
tierra como un lugar seguro en el que recibes todo cuanto necesitas:
dedicación, alimento, seguridad y protección. Así te abres pleno de confianza a
la vida en esta tierra y aceptas agradecido todo cuanto ella tiene dispuesto
para ti.
Funcionamiento
inarmónico
Cuando existe una acentuación
unilateral o disfunción del chakra radical, tu pensamiento y tu acción da
vueltas predominantemente en torno a la posesión y la seguridad materiales, así
como en torno a los estímulos y placeres sensoriales, como, por ejemplo: la
buena comida, las bebidas alcohólicas, el sexo, etcétera. Todo cuanto ansías
querrías asimilarlo sin pensar en las consecuencias. Al mismo tiempo puede
resultarte difícil dar y recibir con franqueza. Tienes la tendencia a
protegerte y delimitarte. Con no poca frecuencia el no poder desprenderse y el
querer retener se manifiesta en el plano corporal en forma de estreñimiento y
sobrepeso.
Tu actuar está predominantemente
dirigido a la satisfacción sólo de tus propias necesidades. Y soslayas, o pasas
por alto inconscientemente, las necesidades que tienen los demás y tu propio
cuerpo de una alimentación más sana y moderada, reposo suficiente y una forma
de vida equilibrada y armónica.
En el caso extremo, te aferras a
determinadas ideas y ambiciones de las que no puedes desprenderte. Cuando tus
fijaciones son desafiadas por las circunstancias o por otras personas,
reaccionas excitándote y enojándote con facilidad. Y en situaciones extremas,
también de forma iracunda y agresiva. La imposición violenta de los propios deseos
e ideas cae asimismo dentro del ámbito de un chakra radical trastornado.
La ira, el enojo y la violencia son
en último término mecanismos de defensa que apuntan a una carencia de confianza
original. Detrás está siempre la angustia de perder algo o incluso de no
recibir algo, que te transmite seguridad y bienestar.
La Tierra es para ti un lugar que
debe ser dominado y explotado, para garantizar la supervivencia del hombre.
Así, la rapiña que hoy día se ejerce con las fuerzas de la Tierra, y la
destrucción de su equilibrio natural, son síntomas de una alteración del chakra
radical en la mayoría de los hombres actuales.
Hipofunción
Con un chakra radical bloqueado o
cerrado, tu constitución corporal es bastante débil y posees poca capacidad de
resistencia física y anímica. Muchas cosas de la vida te preocupan, y conoces
demasiado bien los sentimientos de inseguridad. Posiblemente también tienes el
sentimiento de no pisar tierra firme, te sientes como «elevado» o «no
presente». No te resulta fácil arreglártelas con los desafíos de la vida, y
careces con frecuencia de capacidad para imponerte, así como de estabilidad. De
modo que con frecuencia la vida sobre esta Tierra te parece como una carga y no
como una alegría. Casi siempre añoras una vida que sea más fácil, más agradable
y menos exigente.
En caso de que hayas desarrollado
unilateralmente tus chakras superiores, una hipofunción del chakra radical
puede transmitirte el sentimiento de no pertenecer muy bien a esta Tierra. Dado
que sólo difícilmente puedes captar la energía vital elemental de la tierra a
través de tu chakra radical, se produce (en ocasiones en combinación con
bloqueos del chakra sacro y del chakra del plexo solar) en algunos casos una
magrosis (anorexia), una reacción de huida. Sin embargo seguirás viéndote
enfrentado con los problemas de la «vida terrenal» hasta que hayas aprendido a
aceptarlos como hitos de una evolución integral.
Posibilidades de purificación y
activación
del primer chakra
Experiencia
natural
La contemplación de un sol naciente
o poniente de color rojo sangre y de una aurora o un crepúsculo
resplandecientes vivifica y armoniza el chakra radical y desata las estructuras
constreñidas que entran dentro de su campo de acción.
Para comunicarnos con la energía
tranquilizadora, estabilizadora y edificante de nuestro planeta a través del
primer chakra, siéntate en la posición del loto, o del sastre; sobre la tierra
desnuda y respira conscientemente su olor.
Si puedes combinar entre sí ambas
experiencias de la naturaleza, se producirá un efecto integral óptimo sobre el
chakra radical.
Terapia
por el sonido
Forma
musical: La música con ritmos monótonos y
fuertemente acentuados es idónea para activar el chakra radical. La música
arcaica de muchos pueblos primitivos es la que mejor expresa esta forma de
música. Igualmente, sus danzas también aspiran a establecer la unión con la
naturaleza, con sus fuerzas y sus criaturas.
Para armonizar el chakra radical, puedes utilizar los sonidos de la
naturaleza. En caso de que no tengas a tu disposición el «sonido original»,
actualmente estos sonidos están grabados en multitud de cintas magnetofónicas y
discos.
Vocal:
El chakra radical tiene asignada la vocal «u». Se canta con el tono de do
profundo de la escala musical. El sonido «u» desencadena un movimiento dirigido
hacia abajo, en dirección a tus raíces. Te conduce a las profundidades del
subconsciente y activa las energías terráqueas originales del primer chakra.
Mantra:
LAM.
Cromoterapia
El primer chakra es activado por un
rojo transparente y brillante. El color rojo calienta y vivifica, proporciona
vitalidad, dinamismo y valor. Cuando el rojo está mezclado con un poco de azul,
te ayuda a penetrar los instintos vitales con fuerza intelectual.
Gemoterapia
Ágata:
La ágata proporciona seriedad, resistencia y equilibrio. Ayuda a disolver
emociones negativas y protege al ser interior. Despierta la valoración del
propio cuerpo y actúa de forma constructiva sobre los órganos de la
reproducción. Los discos de ágata con una inclusión cristalina introducen en ti
una vida creciente (ya sea un niño físico o espiritual), seguridad y
protección. Proporcionan confianza y facilita los partos.
Hematites:
La hematites da resistencia y fuerza, tiene un efecto potenciador y edificante
sobre el cuerpo y moviliza fuerzas ocultas. Por lo tanto, ayuda en estados de
debilidad y supone un apoyo para la sanación después de una enfermedad. Además,
favorece una formación sana de sangre y células.
Jaspe
sanguíneo: El jaspe sanguíneo, de colores verde y
rojo, te une con la fuerza elemental y el amor paciente de la «madre Tierra».
Te enseña el carácter no utilitario y la modestia, fortalece la sangre, aporta
vitalidad y estabilidad, resistencia y paciencia. Purifica y transforma el
cuerpo físico, y transmite el sentimiento de seguridad en el ciclo natural de
la vida, del que pueden crearse energía y reposo.
Gránate:
El gránate aporta energía activa, intensidad de la voluntad, autoconfianza y
éxito. Abre la vista para lo oculto hasta llegar a la clarividencia. Estimula
la sexualidad y contribuye a modificarla en una fuerza transformadora y
constructiva. A nivel corporal, colabora en las enfermedades de los órganos
sexuales y estimula la circulación sanguínea.
Coral rojo:
El coral rojo proporciona energía vital fluida y fuerza. Tiene un efecto
estimulante y vivificador y favorece la hematopoyesis. Da estabilidad, y al
mismo tiempo favorece la flexibilidad,
de forma que puedes tener seguridad en ti mismo mientras simultáneamente sigues
el curso de la vida.
Rubí:
El rubí transmite una energía vivificadora, cálida y creativa que lleva a la
clarificación y la transformación. Establece un vínculo armónico entre el amor
corporal y espiritual, entre la sexualidad y la espiritualidad, a través de lo
cual se abren nuevas formas vivenciales.
Aromaterapia
Cedro:
El aroma áspero del aceite de cedro te une con las fuerzas terráqueas y las
esencias de la naturaleza. Ayuda a hacer acopio de energía, transmite
tranquilidad y la sensación de seguridad en el seno de la madre Tierra.
Clavo de
especia: El olor de clavo de especia ayuda a
disolver las energías estancadas en el chakra radical. Favorece la disposición
para liberar estructuras que constriñen, surgidas de la necesidad de
delimitación y seguridad, y a estar abierto para nuevas y frescas energías. De
esta forma, aporta transformación y renovación si dejas que entre en ti el
mensaje de sus vibraciones.
Formas
de yoga que actúan primariamente
sobre
el primer chakra
Hatha Yoga:
Desarrollo de la conciencia a través de la purificación y estimulación de la
base corporal mediante determinados ejercicios y posturas físicas unidos a
ejercicios respiratorios.
Kundalini Yoga: Despertar de la
denominada energía de la serpiente, que discurre desde el hueso coxal
paralelamente a la columna vertebral y que, en su ascenso, activa y vivifica
todos los demás chakras. Para ello existen diferentes ejercicios físicos y
espirituales.
SEGUNDO
CHAKRA
Chakra
Svadhistana, también denominado
chakra
sacro o centro sacro.
El
segundo chakra se encuentra encima de los genitales. Está ligado al hueso sacro
(lat.: os sacrum) y se abre hacia delante.
El segundo chakra y sus correspondencias
Color:
Naranja.
Elemento
correspondiente: Agua.
Función
sensorial: Gusto.
Símbolo:
Loto de seis pétalos.
Principio
básico: Propagación creativa del ser.
Correspondencias
corporales: Cavidad pélvica, órganos
reproductores, riñones, vejiga; todos los humores; como: sangre, linfa, jugos
digestivos, esperma.
Glándulas
correspondientes: Órganos sexuales: ovarios, próstata,
testículos. La función de los órganos sexuales es la formación de las
características sexuales masculinas y femeninas y la regulación del ciclo
femenino.
Correspondencias
astrológicas:
Cáncer/Luna:
Riqueza de sentimientos, sensibilidad, fertilidad
Libra/Venus:
Dedicación al tú, relaciones de pareja, sensorialidad, sensibilidad artística.
Escorpio/Plutón:
Ambición sensorial, transformación de la personalidad mediante la superación
del yo en la unión sexual.
Observación:
En algunos escritos se indica el chakra del bazo como segundo chakra. Sin
embargo, tal chakra es un importante centro secundario que coincide en su
funcionamiento con el tercer chakra. Esta desviación del sistema original tiene
su inicio en la negación de la sexualidad en algunas escuelas esotéricas.
Posteriormente se produjo a veces una mezcla de los sistemas, de tal forma que
hoy el ámbito de la sexualidad con frecuencia es asignado unas veces al chakra
del bazo y otras al centro radical
Misión
y funcionamiento del segundo chakra
El segundo chakra es el centro de
las emociones originales no filtradas, de las energías sexuales y de las
fuerzas creativas. Está asignado al elemento agua, del que ha surgido toda la
vida biológica y que en la astrología se corresponde con el ámbito de los
sentimientos.
El agua fertiliza y hace surgir
continuamente nueva vida en la creación. A través del chakra sacro participamos
en las energías fertilizadoras y concebidoras que atraviesan toda la
naturaleza. Nos experimentamos como parte de un perenne proceso creador que se
manifiesta en nosotros y, a través de nosotros, en forma de sentimientos y
acciones creadores.
El chakra sacro se considera con
frecuencia como la posición sedente auténtica de Shakti, el aspecto «femenino» de
Dios en forma de fuerza creadora. Su campo de acción incluye en el varón los
órganos de la procreación, que llevan dentro de sí el impulso para la creación
de nueva vida. En la mujer encontramos aquí aquellas áreas en las que ella
recibe el impulso creador y hace surgir nueva vida, y el lugar donde el nuevo
ser incipiente está protegido, alimentado, y donde se le proporciona todo
cuanto necesita para prosperar.
Pero el elemento agua también
purifica y depura. Disuelve y arrastra cuanto está agarrotado y se opone a su
fluir vivo. Esto se manifiesta, dentro del ámbito corporal, por la actividad
desintoxicadora y excretora de los riñones y la vejiga. En el plano anímico lo
vivimos mediante la liberación y el dejar fluir los sentimientos, por lo cual
quedamos dispuestos para experimentar la vida siempre de forma original y
nueva.
Nuestras relaciones interpersonales,
en particular las relativas al sexo contrario, están marcadas decisivamente por
el funcionamiento del segundo chakra. Las múltiples variedades de juego erótico
también pertenecen a su campo de acción al igual que el abandono del ego
limitado y la vivencia de una mayor unidad mediante la unión sexual.
Funcionamiento
armónico
Al fluir naturalmente con la vida y
los sentimientos se muestra el funcionamiento armónico de un chakra sacro
abierto. Estarás abierto y serás natural para con los demás, y en especial para
el sexo contrario. La unión sexual con una persona amada es para ti una
posibilidad de entrar con tus vibraciones en la danza de las energías
masculinas y femeninas de la creación, para experimentar así una unidad
superior con toda la naturaleza y crecer hacia una integralidad interior.
Sientes que el flujo de la vida
también fluye en la creación a través de tu cuerpo, tu alma y tu espíritu. Así,
participas en la honda alegría de la creación, y la vida te colma siempre de
asombro y entusiasmo. Tus sentimientos son originales, tus acciones creativas.
Ambos fructifican tu propia vida, así como la vida de los demás.
Funcionamiento
inarmónico
Una disfunción del chakra sacro
tiene frecuentemente su origen en la pubertad. Las fuerzas sexuales en
crecimiento provocan una inseguridad, puesto que los padres y educadores
raramente están en condiciones de proporcionar un manejo correcto de estas energías.
A menudo, en la más tierna infancia también han faltado delicadeza y cercanía
corporal. Esto puede producir ahora una negación y un rechazo de la sexualidad,
por lo que la expresión desinhibida pierde su potencial creativo y las energías
se manifiestan de forma inadecuada. Esto ocurre con frecuencia en forma de
fantasías sexuales o de instintividad reprimida, que se abren paso de cuando en
cuando. Otra posible repercusión consiste en que utilices la sexualidad como
una droga. Tampoco aquí se detectará tu potencial creativo y éste se desviará.
En ambos casos se presentan inseguridad y tensiones frente al otro sexo. La
percepción sensorial es relativamente grosera y tienes la tendencia a anteponer
la satisfacción de las propias necesidades sexuales.
Tal vez simplemente vivas en una
continua añoranza de una relación sexual satisfactoria, sin darte cuenta que la
causa de que no se realice este deseo radica en ti mismo.
Con la pérdida de la ingenuidad y la
inocencia en el trato con las energías sexuales pierdes también la franqueza
para expresar o manifestar estas energías en la creación, para el juego de
fuerzas del yin y el yang y, por tanto, para el asombro infantil por el milagro
de la vida.
Hipofunción
La función carencial del chakra
sacro surge en la mayoría de los casos desde la propia niñez. Probablemente,
tus padres ya reprimieron su propia sensualidad y sexualidad, y a ti te faltó
estimulación sensorial, contactos, caricias y ternura. La consecuencia fue que
tú retraiste totalmente tus antenas en este ámbito.
Después, en la pubertad bloqueaste
completamente las energías sexuales que pugnaban por salir. Mediante tu
represión «coronada por el éxito» se llega a una falta de sentido de la
autoestima, a un entumecimiento de las emociones y a la frialdad de
sentimientos sexuales. La vida te parece triste e indigna de ser vivida.
Posibilidades de purificación y
activación del segundo chakra
Experiencia
natural
La luz de la Luna y la contemplación
o el contacto con agua transparente en la naturaleza activan el segundo chakra.
La Luna, en particular la Luna
llena, estimula tus sentimientos y te hace receptivo para los mensajes de tu
alma, que quieren transmitirse a ti en imágenes de la fantasía y en sueños.
La contemplación calmada de un curso
de agua natural y transparente, un baño en esas aguas o unos pequeños sorbos de
una fuente de agua fresca te ayudan a purificar el alma y a aclararla y
liberarla de los bloqueos y estancamientos emocionales, para que la vida pueda
fluir en ti más libremente.
Si puedes unir mutuamente entre sí
la contemplación de la luna y el contacto con el agua, tendrás un efecto óptimo
sobre el segundo chakra.
Terapia
por el sonido
Forma
musical: Para activar el segundo chakra es
adecuado cualquier tipo de música apropiada, que despierte la alegría
despreocupada de vivir. También los ritmos fluidos y los bailes populares y en
pareja entran en esta terapia. Por otra parte, cualquier música que haga
aflorar tus emociones.
Para tranquilizar y armonizar
el chakra sacro puedes escuchar el canto de los pájaros, el murmullo del agua
que fluye en la naturaleza, o el sonido cantarín de una pequeña fuente de
interior.
Vocal:
El chakra radical se activa mediante una «o» cerrada, igual que la primera «o»
de la palabra «sofort». Se canta en la clave de re de la escala. La vocal «o»
desencadena un movimiento circular. En su forma cerrada, que se aproxima hacia
el sonido «u», despierta la hondura de sentimientos y te conduce a la totalidad
circular, en la que el yin y el yang, la energía femenina y masculina, alcanzan
la unidad por la armonía fluida de las fuerzas.
En nuestro lenguaje, la exclamación
«¡oh!» expresa una admiración cargada de sentimiento. De igual forma, la
capacidad de sorprendernos por los milagros de la creación se vivifican por el
sonido «o».
Mantra:
VAM
Cromoterapia
Un color naranja claro activa el
segundo chakra. El color naranja transmite una energía vivificadora y
renovadora y libera de patrones emocionales entumecidos. Favorece el sentido de
autoestima y despierta la alegría por el placer sensorial. En el Ayurveda se
dice que el naranja es el color interior del agua.
Gemoterapia
Cornalina:
La cornalina te une con la belleza y la fuerza creadora de esta tierra. Te
ayuda a vivir y favorece la concentración. Devuelve el asombro por los milagros
de la creación, hace que la vida vuelva a fluir y activa la capacidad de
expresión creativa.
Piedra
lunar: La piedra lunar te abre para tu
riqueza de sentimientos interior. Te une con tu lado esencial sensible,
receptivo y soñador, y te ayuda a aceptarlo y a integrarlo en tu personalidad.
Absorbe el miedo a los sentimientos y tiene un efecto armonizador sobre el
equilibrio emocional.
En el plano corporal apoya la
purificación de las vías linfáticas bloqueadas, y en las mujeres se encarga de
mantener un equilibrio hormonal adecuado.
Aromaterapia
Ylang-ylang:
Este refinado aceite que se extrae de las flores del árbol ylang-ylang es uno
de los afrodisiacos más conocidos. Tiene un efecto relajador y al mismo tiempo
te abre a sensaciones sensoriales más sutiles. Su dulce aroma transmite un
sentimiento de seguridad, desde el que volverás a confiarte al flujo de tus
sentimientos. Las emociones estancadas o excitadas se arrastran y disuelven.
Sándalo:
El aceite de madera de sándalo se ha utilizado con frecuencia en Oriente para
aumentar las energías sexuales y elevar la unión con una pareja amada hasta el
plano de una experiencia espiritual. Además, estimula la fantasía y despierta
la alegría por la acción creadora. Las vibraciones de la madera de sándalo
producen la integración de energías espirituales en todos los planos de nuestro
pensamiento, sentir y actuar.
Forma
de yoga que actúa primariamente sobre el segundo chakra
Yoga tántrico: En el tantra toda
la naturaleza se considera como un juego de las fuerzas femeninas y masculinas,
de Shakti y Shiva, que en una perpetua danza creativa generan el mundo de las
apariencias o fenómenos.
Mediante la apertura de todos los
sentidos, mediante el «si» completo a la vida, y mediante la sutilización y
elevación de la vivencia sexual, en el tantra se aspira a una unión con esta
«sexualidad cósmica».
TERCER
CHAKRA
Chakra Manipura, o chakra del plexo solar, también llamado centro umbilical.
Igualmente
encontramos las denominaciones de chakra del bazo, chakra del estómago y chakra
del hígado.
El
tercer chakra se encuentra aproximadamente dos dedos por encima del ombligo. Se
abre hacia delante.
El
tercer chakra y sus correspondencias
Color:
De amarillo a dorado.
Elemento
correspondiente: Fuego.
Función
sensorial: Vista.
Símbolo:
Loto de diez pétalos.
Principio
básico: Configuración del ser.
Correspondencias
corporales: Parte inferior de la espalda, cavidad
abdominal, sistema digestivo, estómago, hígado, bazo, vesícula biliar; sistema
nervioso vegetativo.
Glándula
correspondiente: Páncreas (hígado).
El páncreas desempeña un papel
decisivo en el procesamiento y digestión del alimento. Produce la hormona
insulina, que es importante para el equilibrio del azúcar en sangre y para el
metabolismo de los hidratos de carbono. Las enzimas segregadas por el páncreas
son importantes para el metabolismo de las grasas y las proteínas.
Correspondencias
astrológicas:
Leo/Sol:
Calor, fuerza, plenitud, aspiración al reconocimiento, poder y posición social.
Sagitario/Júpiter:
Afirmación de las experiencias vitales, crecimiento y ampliación, síntesis,
sabiduría, integralidad.
Virgo/Mercurio:
Subdivisión, análisis, adaptación, servicio desinteresado o altruista.
Marte:
Energía, actividad, disposición para la acción, imposición de la propia
personalidad.
Misión
y funcionamiento del tercer chakra
El tercer chakra encuentra
diferentes denominaciones. También se dan diferentes indicaciones sobre dónde
se asienta (ver también pág. 28). Se trata de un chakra principal y varios
chakras secundarios que, sin embargo, entrelazan tan estrechamente su
funcionamiento que todos ellos pueden considerarse conjuntamente como un chakra
principal.
Así, al tercer chakra le corresponde
un complejo ámbito de funciones. Está asignado al elemento fuego; el fuego
significa luz, calor, energía y actividad; y en el plano espiritual, también
purificación.
El chakra del plexo solar representa
nuestro Sol, nuestro centro de energías. Aquí absorbemos la energía del Sol,
que entre otras funciones tiene la de alimentar nuestro cuerpo etérico,
nutriendo también de vitalidad al cuerpo físico y sosteniéndolo. En el tercer
chakra entramos en una relación activa con las cosas del mundo y con las demás
personas. Es la zona desde la que fluye hacia fuera nuestra energía emocional.
Nuestras relaciones interpersonales, simpatías y antipatías, y la capacidad de
establecer vínculos emocionales duraderos, son ampliamente gobernados desde
este centro.
Para el hombre ordinario el chakra
tercero es el asiento de la personalidad. Es el lugar en el que encuentra su
identificación social y trata de confirmarse a sí mismo mediante la fuerza
personal, la voluntad de rendimiento y la aspiración de poder, o mediante la
adaptación a las normas sociales.
Una importante función del tercer
chakra consiste en purificar los instintos y deseos de los chakras inferiores,
en dirigir y utilizar conscientemente su energía creativa, así como en
manifestar en el mundo material la plenitud espiritual de los chakras
superiores, y alcanzar en todos los planos un grado de consumación máximo en la
vida.
Se encuentra en unión directa con el
cuerpo astral, también denominado cuerpo del deseo o de la ambición, y que es
el portador de nuestras emociones. Los impulsos vitales, los deseos y
sentimientos de los chakras inferiores se descifran aquí, «se digieren»,
transformándose en una energía superior antes de ser utilizados conjuntamente
con las energías de los chakras superiores para la configuración consciente de
nuestra vida.
Podemos encontrar un principio
correspondiente en el plano físico en la zona del hígado. En conjunción con el
sistema digestivo, el hígado tiene la función de analizar el alimento ingerido,
separar lo inútil de lo provechoso, y transformar lo útil en sustancias
aprovechables, transportándolas a los lugares adecuados del cuerpo.
La afirmación y la integración
consciente de los sentimientos y deseos y de nuestras experiencias vitales
conduce a la distensión y apertura del tercer chakra, con lo cual la luz crece
continuamente en nosotros y nuestra vida y nuestro mundo se iluminan cada vez
más.
Nuestro estado de ánimo general
depende muy intensamente de cuánta luz dejemos entrar en nosotros. Nos sentimos
iluminados, alegres y satisfechos interiormente cuando el tercer chakra está
abierto; por el contrario, nuestro estado de ánimo es desequilibrado y sombrío
cuando está bloqueado o trastornado. Esta sensación la proyectamos
continuamente hacia el mundo exterior, de forma que toda la vida nos puede
parecer iluminada u oscura. La cantidad de luz dentro de nosotros determina la
claridad de nuestra visión y la cualidad de aquello que contemplamos.
La creciente integración y totalidad
interior hacen que la luz amarilla de la comprensión intelectual se transforme
paulatinamente en el tercer chakra en la luz dorada de la sabiduría y la
plenitud.
Con el chakra del plexo solar
también percibimos directamente las vibraciones de otras personas, y entonces
reaccionamos consecuentemente a la cualidad de dichas vibraciones. Cuando nos
enfrentamos a vibraciones negativas, aquí experimentamos a menudo un peligro
inminente. Lo reconocemos porque el tercer chakra se contrae involuntariamente,
como un mecanismo de protección provisional. Sin embargo, se convierte en
superfluo cuando la luz dentro de nosotros es tan grande que irradia
intensamente hacia fuera y rodea nuestro cuerpo como con una envoltura
protectora.
Funcionamiento
armónico
Cuando el tercer chakra está abierto
y funciona armónicamente se transmite un sentimiento de paz, de armonía interna
contigo mismo, con la vida y tu posición ante ella. Puedes aceptarte con todo
tu ser y estás en condiciones de respetar igualmente los sentimientos y
peculiaridades de otras personas.
Posees la capacidad natural de
aceptar sentimientos, deseos y experiencias vitales, de reconocer su función
para tu evolución, de verlas «bajo la luz correcta» y de integrarlas en tu
personalidad de tal forma que te conducen a la totalidad.
Tu actuar entra espontáneamente en consonancia
con las leyes naturales que son eficaces en todo el universo y en el propio
hombre. Como fomenta la evolución, contribuye a abrir para ti y tus congéneres
la riqueza y plenitud, tanto interiores como exteriores. Estás lleno de luz y
lleno de fuerza. La claridad que hay en ti rodea también a tu cuerpo: así te
protege de las vibraciones negativas e irradia en todo el entorno tuyo.
En combinación con un chakra frontal
y coronal abiertos, detectas que todo lo visible está compuesto por diferentes
vibraciones de la luz. Tus deseos se cumplen espontáneamente, puesto que estás
tan estrechamente unido con la fuerza luminosa de todas las cosas que atraes
como un imán lo deseado.
Así realizas en tu vida el
conocimiento de que la plenitud es tu derecho adquirido en el nacimiento y tu
herencia divina.
Funcionamiento
inarmónico
Cuando el tercer chakra tiene un
marcado acento unilateral y una disfunción, te gustaría influir en todo según
tu sentido, controlar tanto tu mundo interior como tu mundo exterior, ejercer
poder y conquistar. Pero te encuentras impulsado por una intranquilidad e
insatisfacción interiores. Probablemente en tu infancia y juventud hayas
experimentado poco reconocimiento. No has poseído ningún verdadero sentido de
autoestima, y ahora buscas en la vida exterior esa confirmación y satisfacción
que siempre te han faltado interiormente. Para ello desarrollas un enorme
impulso de actividad, con el que tratas de cubrir el corrosivo sentimiento de
insuficiencia. Te falta serenidad interior, y te resulta difícil liberarte y
distenderte.
Dado que te crees predominantemente
destinado a conseguir reconocimiento y riqueza externa, posiblemente tendrás
éxito.
La postura de que todo es factible
conduce a que se controlen y repriman los sentimientos «viciosos» e indeseados.
Consecuentemente, tus emociones se estancarán. Sin embargo, de tiempo en tiempo
romperán ese muro movidas por el rechazo y el control y te inundarán sin que
estés en condiciones de dirigirlas adecuadamente. Además, te exasperas fácilmente,
y en tu excitabilidad se manifiesta una gran cantidad de ese enojo que te has
ido tragando a lo largo del tiempo sin procesarlo.
Finalmente, debes constatar que la
mera aspiración a la riqueza y el reconocimiento exteriores no pueden darte
ninguna satisfacción duradera.
Hipofunción
Cuando existe un funcionamiento
deficiente del tercer chakra te sientes con frecuencia derrotado y sin ánimo.
Ves por todas partes obstáculos que se oponen al cumplimiento de tus deseos.
El libre desarrollo de tu personalidad
probablemente estuvo fuertemente obstaculizado desde niño. Por miedo a perder
el reconocimiento de tus padres o educadores, has retraído casi completamente
la manifestación de tus sentimientos y te has tragado muchas cosas que no eras
capaz de digerir. Así se han formado «escorias emocionales» que mitigan la
energía fogosa del chakra del plexo solar y quitan la fuerza y espontaneidad a
tus deseos y acciones.
Incluso hoy tratas de ganar
reconocimiento mediante la adaptación, lo que conduce a un rechazo y a una
integración deficiente de los deseos y emociones vitales. En situaciones
difíciles te invade una lánguida sensación en el estómago o te pones tan
nervioso que tus acciones son volubles y descoordinadas.
Lo que más te gustaría es cerrarte a
nuevos desafíos. Las experiencias desacostumbradas te producen angustia, y no
te crees realmente a la altura de lo que se entiende por una lucha vital.
Posibilidades de purificación y
activación
del tercer chakra
Experiencia
natural
La luz dorada del sol se corresponde
con la luz, el calor y la fuerza del chakra del plexo solar. Si te abres
conscientemente a su influjo, se activarán en ti estas cualidades.
La observación de un campo de colza
o de cereal maduro y resplandeciente por el sol te transmite además la vivencia
de la plenitud manifestada como resonancia provocada por el calor y la fuerza
luminosa del sol.
En el centro del girasol, en la
unidad del circulo en movimiento, encuentras el patrón espiral móvil, y en los
pétalos la luz dorada que irradia hacia el exterior. Al imbuirte en él. patrón
de este mandala natural experimentas que en la vivencia interior de la unidad
existen un movimiento y una actividad plenas de sentido, ordenadas y al mismo
tiempo danzarinas, que irradian hacia el exterior con energía, alegría y al
mismo tiempo con suavidad y absoluta belleza.
Terapia
por el sonido
Forma
musical: El tercer chakra se activa mediante
los ritmos ardientes. La música orquestal, con su armónica conjunción de gran
cantidad de sonidos, puede utilizarse para armonizar el chakra del plexo solar.
En caso de hiperactividad, para tranquilizarlo es adecuada cualquier música
relajante que te conduzca a tu centro.
Vocal:
El chakra del plexo solar tiene asignada una «o» abierta, como la segunda «o»
de la palabra «sofort». Se canta la clave de mi de la escala musical. También
aquí la «o» provoca un movimiento circular que se dirige hacia fuera a través
de la abertura de la O». Favorece la configuración exterior del ser a partir de
una totalidad interior. La «o» abierta se aproxima a la «a» del chakra del
corazón. Proporciona amplitud, plenitud y alegría en la manifestación.
Mantra:
RAM
Cromoterapia
Un amarillo claro y soleado activa e
intensifica el funcionamiento del tercer chakra. El amarillo acelera la
actividad nerviosa y el pensamiento, y favorece el contacto y el intercambio
con los demás. Contrarresta un sentimiento de fatiga interior, da jovialidad y
serena soltura. Cuando te encuentras en un estado pasivo o de ensoñación, un
amarillo claro te ayudará a introducirte activamente en la vida. Además,
favorece la digestión física y la «digestión psíquica».
El matiz cromático del amarillo
dorado tiene un efecto clarificador y sedante ante los problemas y enfermedades
psíquicos. Potencia las actividades intelectuales y favorece esa forma de
sabiduría que sólo nace de la experiencia.
Gemoterapia
Ojo de
tigre: El ojo de tigre favorece la capacidad
visual tanto exterior como interior. Agudiza el entendimiento y contribuye a
reconocer los propios errores y a actuar en consecuencia.
Ámbar:
El ámbar proporciona calor y confianza. Su fuerza solar te conduce por tu
camino hacia una mayor alegría y una luz más clara. Te transmite intuición y te
indica cómo puedes realizarte en la vida. De esta forma, el ámbar te echa una
afortunada mano en las diversas empresas que emprendes.
En el plano corporal purifica y
depura el organismo, tiene un efecto equilibrador sobre el sistema digestivo y
hormonal y purifica y potencia el hígado.
Topacio:
El topacio de color amarillo dorado te llena abundantemente de la energía
fluyente y de la luz cálida del sol. Aporta mayor conciencia, vigilia y
claridad, alegría y vivacidad. Además, elimina los sentimientos que suponen un
lastre y los pensamientos turbios: una ayuda para las angustias y depresiones.
Fortalece y estimula todo el cuerpo
y favorece la digestión espiritual y corporal.
Citrino:
El citrino transmite bienestar, calor y vivacidad, seguridad y confianza. Te
ayuda a procesar las experiencias vitales y a integrarlas en la personalidad,
así como a aplicar las percepciones intuitivas en la vida diaria. Aporta
plenitud, tanto interior como exterior, y te presta apoyo para la realización
de tus objetivos.
En el ámbito físico favorece la
excreción o eliminación de toxinas y ayuda en los trastornos digestivos y en la
diabetes. Además, activa la sangre y potencia la actividad nerviosa.
Aromaterapia
Lavanda:
La esencia de lavanda tiene un efecto sedante y relajante sobre un tercer
chakra hiperactivo. Sus suaves y cálidas vibraciones ayudan en la disolución y
el procesamiento de las emociones estancadas.
Romero:
La esencia de romero, aromática y áspera, es particularmente adecuada en caso
de hipofunción del chakra del plexo solar. Tiene un efecto vivificante y
estimulante, ayuda a superar la pereza y fomenta la disposición para la acción.
Bergamota:
Las vibraciones del aceite que se extrae de los frutos del árbol de la
bergamota encierran mucha luz. Su fresco y alimonado aroma potencia nuestras
energías vitales. Nos aporta confianza en nosotros mismos y autoseguridad.
Forma
de yoga que actúa primariamente sobre el tercer chakra.
Yoga
kármico: En el yoga kármico se aspira al
altruismo en la acción, sin pensar en los frutos y resultados personales de las
acciones. De esta forma el yogui kármico se abre a la voluntad divina y hace
concordar su actuación con las fuerzas naturales de la evolución, que reflejan
la voluntad de Dios de creación.
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